A la empresa malagueña Isofotón, durante años líder del sector fotovoltaico a nivel mundial, apenas le restan unas horas para echar el cierre definitivo. La extinción de los contratos de los 297 empleados que quedan en la fábrica de paneles solares, vía ERE, se tercia inminente. Ayer, el abogado de la empresa les comunicó que el juez ya había dictado un auto que, por lo pronto, permitirá a la plantilla acceder el paro. Y aunque quedan muchos flecos económicos por resolver, este documento representa «una válvula de escape» que ayudará a paliar la dramática situación de unos trabajadores que llevan seis meses sin cobrar.

El acuerdo firmado entre los representantes de los empleados, los abogados de la firma y los administradores concursales el pasado 23 de diciembre. se contemplaba el despido de los 297 empleados que quedan en la fábrica por causas económicas y con la indemnización mínima que marca la ley. Así, serían 277 desde este 14 de enero y los 20 restantes de forma gradual a lo largo de las próximas semanas. Esos 20 trabajadores se encargarían de realizar tareas de contabilidad, mantenimiento e inventariado necesarias para ejecutar el cierre definitivo; así como uno para vigilar que el proceso se lleva a cabo según lo acordado.

Eso sí, en la empresa permanecerá hasta final de mes una comisión de seguimiento (unos 20 trabajadores) para realizar las tareas de contabilidad, mantenimiento e inventario, previas al cierre definitivo, aunque también se encargará de controlar que «no salga ningún material», en el caso de que la empresa, el Grupo Affirma, quiera «externalizar el trabajo de fabricación», insistió el delegado sindical. De hecho, el comité de empresa ya ha trasladado sus «sospechas» a los administradores concursales y a la Inspección de Trabajo por el riesgo de «alzamiento de bienes».

Respecto al auto dictado, Martín afirmó que en diciembre se acordaron indemnizaciones a razón de 20 días por año trabajado con un tope de 12 mensualidades (el mínimo fijado por ley), cantidad a la que hay que sumar la liquidación de las nóminas pendientes (una media de 9.000 euros a cada trabajador). La deuda total que se ha generado durante la fase concursal, según CCOO, se eleva a más de 8 millones.

Hace tan solo un año la empresa tenía 700 trabajadores. Desde entonces, la agonía ha sido lenta. El pasado 5 de febrero la empresa solicitó un ERE para 380 empleados, pero tuvo que dar marcha atrás por defectos formales en el expediente. Isofotón volvió a la carga y en junio despidió a 352 empleados y presentó concurso de acreedores por un pasivo de 184 millones de euros que, finalmente, los administradores concursales cifraron en 303 millones. Ahora, la ratificación del segundo ERE supondrá el estoque definitivo para la plantilla que está personada en el concurso de acreedores para reclamar lo que les adeudan.