Salud Pública ha detectado 29 casos de hepatitis A, trece de ellos en niños, en la zona de El Palo y la Cala del Moral. Desde el pasado mes de noviembre, cuando se diagnosticaron los primeros casos, se ha valorado a más de 600 personas, entre contactos familiares y escolares, y vacunado a más de 400 para evitar y controlar la transmisión del virus. La responsable de este servicio, Yolanda González, informa de que «no se trata de un brote comunitario ni escolar», dado que el contagio se ha detectado en más de una decena de familias en las que hay niños de corta edad, amén de que, asegura, «la situación está prácticamente controlada». Esta semana no ha aparecido ningún caso nuevo, si bien no se descarta que aparezca algún otro, ya que el periodo de incubación del virus es de entre 15 y 45 días.

Los primeros casos se diagnosticaron en adultos. A partir de ese momento, el servicio de Salud Pública activó el protocolo de vigilancia epidemiológica de la Junta de Andalucía para estudiar a esos primeros afectados y sus círculos más próximos (entorno familiar) para buscar si había otros contagios, sobre todo, si había menores de por medio.

«Las medidas se adoptan en función de dónde aparecen los casos, porque cuando hay niños pequeños hay mayores posibilidades de transmisión», explica González, quien asegura que en todos los casos detectados «el contagio ha sido de persona a persona», por lo que «ha habido que identificar los contactos en cada caso y actuar».

El Distrito Sanitario empezó a realizar analíticas de sangre para determinar si había más afectados, procediéndose a actuar cuando se diagnosticaron los primeros casos de hepatitis A entre menores.

Hasta el momento, Salud confirma que hay trece niños afectados y que han actuado en dos guarderías, una en La Cala y otra en El Palo, y en cuatro colegios, dos en cada una de estas zonas.

En el caso de los pequeños en edad escolar, el protocolo establece la vacunación preventiva de todos los que mantenían contacto directo con los menores afectados, véase los niños de su clase, así como del profesorado con actividad diaria en el aula, mientras que en las dos guarderías en las que se han detectado casos, Salud ha procedido a vacunar a todos los niños y personal del centro.

El tratamiento para los mayores de 45 años del entorno familiar más próximo consiste en dos inyecciones de inmunoglobulina, más la vacunación contra la hepatitis A para los menores de esa edad.

En los colegios, además, la intervención del Distrito Sanitario se ha traducido en el envío de cartas informativas y la celebración de hasta siete reuniones informativas para tranquilizar dada la improbabilidad de nuevos contagios y darles a conocer cuál era el protocolo de actuación para frenar la transmisión del virus.

Asimismo se recomendó a los distintos centros la adopción de otras medidas higiénicas básicas, como el lavado de manos antes de las comidas y tras acudir al baño.

La responsable de Salud Pública recuerda que la hepatitis A es una enfermedad infecciosa originada por un virus que está en el intestino y que se puede transmitir por las heces o el agua, «que no es el caso». La enfermedad suele cursar con malestar general, pérdida del apetito o coloración amarillenta de la piel, si bien, y sobre todo, en el caso de los niños, puede cursar sin sintomatología o confundirse con una gastroenteritis. En los adultos, los síntomas suelen ser más visibles.

Salud mantiene que la situación está prácticamente controlada, aunque podrían aparecer nuevos casos «de alguien que estuvo en contacto con el virus hace un mes», señala su responsable.