La situación de los vecinos de la barriada de Ardira continúa siendo un dilema, tras el desalojo de los antiguos residentes del local municipal -después de varias denuncias que alertaban al Consistorio de que los anteriores dirigentes de la asociación convirtieron el local en un club privado-.

Este pequeño barrio situado en la Carretera de Cádiz lleva cuatro años luchando para que se haga justicia con el local que el Ayuntamiento les entregó y que, a día de hoy, está deshabitado. Enrique Pérez, representante de los vecinos de Ardira, asegura que existe un desconocimiento acerca del problema por el que están pasando y pide una explicación de la causa por la que se le niega la oportunidad a este barrio de utilizar un local que lleva un mes y medio cerrado y en desuso.

Pérez denuncia que los concejales no quieren que ellos puedan aprovechar este recinto, habilitado para las diferentes reuniones y actividades que tenían planteadas: «Queremos disfrutar de este local porque hay muchos cursos por hacer aquí», manifiesta.

Por su parte, el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, apoya a esta pequeña asociación de vecinos, ya que, según informó Pérez, «el alcalde, en diciembre pensaba que los vecinos estaban dentro y se sorprendió al conocer la situación por la que seguimos pasando». «De la Torre está con nosotros, pero los concejales, no. Nos están engañando», declaró el representante de los vecinos.

Por el momento, Enrique Pérez sólo pide ser informado del motivo por el que no les conceden el permiso para acceder al local y lamenta que, después de tanto tiempo de lucha, la situación que atraviesa esta barriada no mejore. «Esto no se arregla», comenta y, en representación de los demás vecinos de la barriada de Ardira, exige: «Queremos saber qué es lo que pasa para que estén en contra nuestra». Mientras tanto, lo único que pueden hacer es esperar.