­Los profesores de la Universidad de Málaga trabajan por encima de sus obligaciones. Es más, compensan con vocación la reducción salarial que padecen, el obligado aumento de horas lectivas y la situación de interinidad que sufren muchos de ellos. Los recortes les han puesto en una situación difícil, sin embargo, son capaces de mantener su nivel y la calidad de la enseñanza. Así lo dice la rectora, Adelaida de la Calle, que se basa en los resultados de la última encuesta sobre la actuación docente del profesorado de la UMA, hechos públicos ayer.

Los docentes universitarios malagueños mantienen su notable alto, según la calificación de sus propios alumnos. Una vez al año, se invierten los papeles y son los alumnos los que se encargan de puntuar a sus profesores. Lo hacen respondiendo a una completa encuesta, secreta, para garantizar el anonimato y que no haya represalias, que se encarga de analizar el Centro Andaluz de Prospectiva, que recibe casi cinco millones de respuestas.

Los de la UMA son los profesores que obtienen mejores calificaciones de toda Andalucía, con un 7,74, que sirve para puntuar el cumplimiento de sus obligaciones docentes, la planificación de las clases, sus competencias y habilidades didácticas, los criterios de evaluación y hasta si crea un ambiente favorable en clase, al ser respetuoso con sus estudiantes.

De todos los datos hechos públicos por la rectora de la institución académica malagueña y por el director del centro, Antonio Pascual, destaca que el 90% de los universitarios considera que sus profesores dominan la materia que imparten y que la saben explicar con seguridad. Del mismo modo, el 86,7% sostiene que el profesorado resuelve de forma satisfactoria las dudas que le plantean.

Pascual hizo hincapié en que la gran mayoría de los alumnos de la UMA (el 84%) afirma que sus profesores coordinan las actividades teóricas y prácticas previstas, «teniendo en cuenta que siempre se ha achacado a la universidad sus déficits en formación práctica».

Por su parte, De la Calle puso énfasis en el esfuerzo extra que realizan los profesores de la Universidad. «Están trabajando por encima del 100%, haciendo un esfuerzo porque consideran que su trabajo también es un acto de responsabilidad social voluntaria en circunstancias muy adversas», indicó. En algunos casos han visto reducido su salario. Las normativa actual limita las nuevas contrataciones, los profesores más veteranos se jubilan y no se crean nuevas plazas, debido a la necesidad de adelgazar la estructura universitaria. «Y no le podemos pedir el mismo compromiso a un profesor con dedicación completa que al asociado que da tres horas de clase a la semana», señaló De la Calle, que subrayó el 7,74 obtenido, «que evidencia que, pese a todo, no hemos visto reducida nuestra calidad».

La rectora da mucho valor a este tipo de encuestas, ya que, desde su punto de vista, sirven para que los profesores mejoren. «A nadie le gusta recibir malas notas», recalcó.

Desde su punto de vista, son mucho más eficaces que cualquier otro mecanismo sancionador, como, de hecho, la Universidad malacitana se ha llegado a plantear alguna vez. Esta encuesta sirve para organizar cursos de formación y reciclaje. «Nos sirve para conocer dónde están nuestras debilidades y tratar de poner remedio», insistió la rectora, que incluso indicó que los profesores que reciben peores notas de sus alumnos no renuevan su contrato.

En todo caso, casi la mitad de los docentes que obtuvieron una valoración desfavorable el pasado curso han logrado el aprobado esta vez. Y un 57% ha mejorado la calificación obtenida.