El Plan Director de la Catedral de Málaga ya está terminado y a falta de recibir el visto bueno preceptivo del Obispado de Málaga y la Junta de Andalucía para su aplicación, que implica acometer las obras necesarias para frenar las filtraciones de agua y corregir los problemas de este monumento, incluida la falta de espacio por estar incompleto.

El plan ha sido redactado por dos arquitectos, Gabriel Ruiz Cabrero y Juan Manuel Sánchez La Chica, que han analizado la evolución de la basílica y las necesidades actuales, «que son diferentes a las que había en el siglo XVI, cuando se empezó a construir, o en el siglo XVIII», explicó Gabriel Ruiz, quien indica que a partir de ahí se analizan los principales problemas, como es la falta de espacio y las zonas que no están terminadas, como la falta de cubiertas que originan el problema de las humedades interiores.

«En el Plan Director analizamos la situación y planteamos las distintas soluciones para que se estudien», señala este arquitecto, quien resalta la decisión final de qué medida se adopte corresponderá al Cabildo de la Catedral y a la Consejería de Cultura.

Una de las grandes prioridades del Plan Director será acabar con las humedades, fruto de las filtraciones procedentes en la cubierta y que están afectando al techo de la nave central y de las capillas. Además, se plantean intervenciones para la mejora de los jardines de la calle Cañón y se aborda el futuro de la segunda torre.

Sobre este aspecto, Gabriel Ruiz destaca que no se plantea la construcción como una prioridad. En todo caso se constata que es una obra sin terminar y que eso ha provocado algunos problemas de filtraciones de agua: «El remate está mal hecho y entra agua, ya que la solución de desagüe adoptada es tosca y torpe». Eso impide además que pueda ser una zona visitable del templo, como sí lo será la cubierta de la Catedral para la próxima primavera.

Este arquitecto pone de relieve que la terminación de la segunda torre no se plantea como una necesidad y que, en todo caso, su ejecución está condicionada «a un debate largo, de varios años, en el que se consiga un amplio acuerdo que no sea una actuación de una época determinada».

Mientras se tramita la aprobación definitiva del Plan Director de la Catedral, los trabajos para hacer visitable la cubierta afrontan ya su recta final, con idea de que se pueda inaugurar para la primavera. Esta actuación, con un presupuesto de 300.000 euros, se ha diseñado para que sea reversible, con materiales de calidad y con vocación de durar varias décadas.