España es incapaz de aprovechar el talento de sus investigadores. Ni siquiera de los más notables y destacados. Los ejemplos se suceden prácticamente a diario y no son más que la muestra de cómo la I+D+i española va desangrándose poco a poco. Las consecuencias, según insisten los expertos, se notarán a medio y largo plazo. Los recortes en la financiación de los equipos, registrados en los dos últimos años, supondrán un retraso de algo más de una década y este país se verá incapaz de competir con otros. Por eso, los científicos también se ven obligados a emigrar, atraídos por suculentes ofertas de otros países que sí confían y apuestan por ellos.

Es el caso de Diego Salas, que de estar en el paro viajará en julio a Ratisvona, en el estado alemán de Baviera, tras recibir una beca de 240.000 euros, del séptimo programa marco de la UE, para avanzar en su trabajo de análisis de imágenes tomográficas cerebrales para el diagnóstico precoz del alzheimer y del parkinson.

Su historia es parecida a la de Nuria Martí Gutiérrez, que saltó a los medios de comunicación el pasado mes de agosto, ya que forma parte del equipo de científicos estadounidenses que ha logrado obtener células madre embrionarias a partir de una célula adulta en humanos. Esta bióloga valenciana participó activamente en este proyecto como coordinadora de las donaciones ovocitarias de la Universidad de Oregón. Paradójicamente, fue despedida a finales de 2011 del Centro de Investigación Príncipe Felipe (CPIF) de Valencia. La dirección de esta institución científica la incluyó entre los 114 afectados por el ERE que se ejecutó entonces.

Diego Salas nació en Málaga en 1980. En 1998 comenzó sus estudios de Física en la Universidad de Granada. Reconoce que fue una vocación tardía y le costó dar el paso de tener que dejar su entorno, familia y amigos, «pero en Málaga no podía estudiar Física». A los 17 años un cambio de vida tan radical cuesta.

En este tiempo ha trabajado con equipos médicos del hospital Clínico de Málaga y Virgen de las Nieves, de Granada. Todo esto, y pese a que ha publicado más de 40 artículos científicos en revistas internacionales de reconocido prestigio en el área de física, ingeniería y neurociencia y ha participado con más de 80 contribuciones a Congresos internacionales en los 5 continentes... no le valió para engrosar las listas del paro durante ocho meses. Se acabó el dinero. Se acabó el proyecto. «Reconozco que mi nivel de motivación había bajado mucho, porque veía el futuro muy negro», indica.

Hasta que salió esta oportunidad europea: las becas intraeuropeas para el desarrollo profesional (IEF) Marie Curie. Este año se han presentado 4.939 proyectos de todos los países de la UE y se van a financiar alrededor de un 14% de las solicitudes. Entre ellos, el de Diego.

Su proyecto se denomina Alpha-Brain-Imaging y tiene como objetivo el análisis de imágenes tomográficas cerebrales para el diagnóstico precoz del alzheimer y parkinson. Se trata de un proyecto ambicioso y multidisciplinar cuyos resultados se espera que tengan aplicación e impacto en la salud y la sociedad, que es una de las prioridades del programa Horizonte 2020 (el programa que financia proyectos de investigación e innovación de diversas áreas temáticas en el contexto europeo).

«En concreto, el parkinson y el alzheimer son enfermedades neurodegenerativas con gran importancia en la actualidad, debido, entre otros factores, al envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida», sostiene Diego Salas. El proyecto contempla actuaciones en tres dimensiones diferentes: investigación básica y estratégica, desarrollo de aplicaciones prácticas y transferencia de investigación, según explica.

Esta financiación es fruto de su trabajo, esfuerzo y talento. Los próximos dos años vivirá con su mujer y su hijo en Ratisvona, trabajando en el Instituto de Biofísica de la universidad de esta ciudad germana, que presume de tener la tasa de paro más baja de Europa. El dinero le permitirá comprar maquinaria que sirvan para desarrollar su software y acudir a congresos. De repente ha recuperado la fe en su vocación.