Comenzaron a echar la quiniela de manera conjunta en la universidad y ahora, veinte años después, se han embarcado en un negocio que gira en torno a la lotería y las apuestas a través de la Red.

Alfonso Marín, de 40 años, y Rafael Huertas, de 41, administran desde hace escasos dos meses la web www.loteralia.es, un portal en el que peñas reducidas de no más de 20 usuarios pueden jugar a diferentes sorteos. La Primitiva, Euromillones, Bonoloto y El Gordo son los que hasta el momento están disponibles, pero en un futuro ampliarán el número de sorteos.

La idea de crear algo relacionado con este mundo rondaba en la cabeza de Rafael desde hacía tiempo pero para dar forma y perfilar en qué consistiría exactamente se lo contó a su amigo y ahora socio Alfonso al terminar el verano de 2012, quien vio la idea clara. Desde entonces ha sido un no parar de reuniones, pruebas y correcciones dentro del plan de empresa y la web que da soporte a todo el entramado originado.

El sistema es sencillo. Existen dos posibilidades de juego. Los ciclos anuales de diez usuarios por solo 16 euros al año al jugar tan sólo en un sorteo o los ciclos de cuatros semanas con veinte usuarios. Esta última modalidad es la esencia que mueve a este proyecto, tal y como explican estos dos economistas y emprendedores malagueños. El usuario no sabe con quién juega en su peña, ni siquiera si está completo el cupo, ese no es su problema. Si no alcanzan la veintena, los administradores asumen la diferencia. Sólo tienen que registrarse y recargar la cuantía necesaria según la modalidad.

Si una persona decide jugar en los cuatro sorteos, dentro de esta modalidad, solo tiene que destinar 22 euros al mes. Por este importe el usuario realizará 216 apuestas, un número bastante más elevado que si lo hiciera por el sistema tradicional y en solitario, donde no superaría las 20 apuestas, en esas cuatro semanas.

Otra opción disponible es jugar la Primitiva y el Euromillón por 19 euros. «Lo máximo que puede invertir una persona a la semana con nosotros son cinco euros y medio», resalta Rafael.

Se trata de una forma de gastar menos dinero de lo que cualquier persona asidua a estos sorteos puede destinar y aumentar el número de posibilidades con combinaciones basadas en resultados reales. Al ser un número reducido los que juegan por peña, los premios a repartir son superiores que en otras empresas de la competencia donde puede haber hasta mil usuarios. Aun así, los artífices de esta idea, que ahora están en fase de reclutar jugadores de toda la geografía española y ya cuentan con algunos repartidos por otras ciudades, reconocen que a menos que toque un primer premio, el reparto no llega a ser muy significativo.

«El producto es nuevo y está funcionando», reconoce Alfonso, quien se dedica al cien por cien a este proyecto. Ahora los amigos, conocidos y familiares son quienes conforman gran parte de sus peñas pero necesitan unos mil usuarios para poder ver color a esta idea y vivir de ella. Ahí está el reto.

Cada noche desde sus respectivos domicilios se conectan para continuar con su labor y no dejar ningún fleco suelto. Perfeccionar la web, colgar los resultados de todos los sorteos, programar los mail que se mandan semanalmente para que cada usuario sepa si le ha tocado algo o continuar con su labor de marketing para dar a conocer la página son algunas de las cosas que hacer en su día a día para generar confianza. Una labor que va respaldada por una fuerte inversión por parte de ambos pero que confían que poco a poco dé sus frutos.