­El Hospital Carlos Haya va a llevar a cabo una reforma de sus instalaciones que supondrá una mejora para el área de urgencias, como ya anunció el pasado viernes la consejera de Salud, María José Sánchez Rubio.

La titular de Salud reconoció en Málaga problemas puntuales en el seno de estas instalaciones, para las que la dirección gerencia del centro sanitario ha habilitado una partida de 55.000 euros con el fin de ejecutar una reestructuración funcional y reordenar espacios de este área del hospital, que afectará a admisión, consultas de clasificación y consultas.

Esta mejora, que comenzará a ejecutarse cuando finalice el periodo de Alta Frecuentación en el que se halla sumido el sistema sanitario a causa de la situación estacional y de la bajada de temperaturas, funcionará previsiblemente en torno a Semana Santa, ya que se prevé que la duración de las obras sea de dos meses.

Según ha podido saber La Opinión, la remodelación en el servicio de urgencias mejorará las condiciones de intimidad, confidencialidad y privacidad de los pacientes. El subgerente del complejo sanitario malagueño, Javier Terol, informó a este periódico de que se añadirá una nueva zona de clasificación de pacientes para conocer la gravedad de su enfermedad, además de una nueva consulta médica en policlínica, con lo que serán nueve las existentes en este apartado de Carlos Haya. Dotar de intimidad al área de clasificación ha sido una de las principales demandas de pacientes y sindicatos en los últimos años. De este modo, Salud admite las críticas y, además de crear otra que agilizará el trabajo, las ubicará en un espacio cerrado para aislarlas del resto.

Así, según Terol, el hospital tratará de poner remedio a la saturación que en determinados periodos se dan en el centro sanitario. «Se va a duplicar la velocidad con la que el circuito se mueve», dice.

Pero la consejera no sólo habló de una mejora de las instalaciones, sino que también lo hizo de la gestión. En este sentido, Javier Terol señaló a este periódico que ésta pasa por aplicar los planes de Alta Frecuentación y de refuerzo cuando estos son necesarios.

De hecho, el actual plan de Alta Frecuentación -todos los años se pone en marcha para los picos- fue anunciado a bombo y platillo por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y en el actual periodo ha supuesto un total de 27 nuevas contrataciones en la capital, que previsiblemente acabarán antes de que empiece marzo.

Estas contrataciones -en su mayoría profesionales de enfermería y auxiliares- se han sumado a los planes de refuerzo de personal del hospital, que ha aumentado la cifra de guardias a especialistas de neumología, pediatría y urgencias. «Ponemos a uno más de guardia, que en definitiva es poner a un médico más de urgencias», admite.

Si bien es cierto que el Gobierno andaluz activa cada año el plan, también lo es que en 2014 ha sido mayor a causa del brote de gripe A. Según Terol, se debe a su virulencia, no a su incidencia, que ha sido como la habitual. Y es que aunque cada año se haga un cálculo, Salud no sabe qué alcance va a tener el virus hasta que hace acto de presencia. «No es previsible, nadie podía imaginarlo. Por eso, además del plan, hemos tenido reuniones con coordinadores de unidades y de equipo para ajustarlo». Así, reconoce que se ha agilizado la disponibilidad de camas para dar cabida a ese mayor número de pacientes que requería de ingresos.

La semana pasada este periódico alertó de la saturación de las urgencias de este hospital. Según la dirección del centro, cuando esto ocurre, el procedimiento a seguir pasa por analizar la situación, estudiar las medidas tomadas y revaluar para ver en qué se puede mejorar.

De hecho, ante las altas cifras de visitas a urgencias de los pacientes, los gerentes del centro están tratando de dar altas por la mañana para agilizar la cifra de ingresos, hacer reuniones periódicas para ver cómo mejorar la situación, dar altas los fines de semana e informar a los familiares de altas de día siguiente. «Se trata de la prealta. Nos bloquea mucho el hospital que hasta que no llegan a por el paciente este no se pueda ir, por eso les informamos el día de antes para que se organicen», explica. Según Javier Terol, desde que un paciente se va del hospital y hasta que otro se acomoda en el hueco que ha dejado libre pasan al menos dos horas.

«Jugamos con ese balance de altas e ingresos, es la única manera de hacer eficientes nuestras instalaciones. A veces se desequilibra un pelín y eso hace que tengan que esperar». dice. Según sus cálculos, con que un 10% de las altas diarias se dieran en el turno de mañana las urgencias no estarían colapsadas, sino fluidas. Cada día se producen en torno a cincuenta en Carlos Haya y unas sesenta en el Clínico.

Sobre el problema de camas en este último que publicó este periódico hace unos días, cuando se informaba de que varios pacientes habían esperado hasta 48 horas para lograr una cama en planta derivados desde las urgencias, Terol lo negó. Señaló que no se puede considerar una espera para una cama desde que el paciente entra por la puerta de urgencias, sino que ha de contarse desde que el facultativo decreta que debe ser ingresado. «A veces pasan 24 horas hasta que se ve qué le ocurre a un paciente, si se le da el alta o si necesita ser ingresado», añadió, aunque el funcionamiento interno del hospital manda avisos cuando hay pacientes que llevan más de 24 horas de espera para evitar que esto ocurra. Es decir, si pasa, debe ser excepcional.

La junta de personal del hospital, CCOO y Satse han denunciado en reiteradas ocasiones que este centro sanitario, que asiste a una gran carga poblacional, tiene cerradas cerca de 60 camas. Pero Terol mantiene que todas ellas están abiertas. «Tiene todas sus camas disponibles, hay espacios que no son asistenciales y no están preparados, y las que son de Hospital de Día son para eso, de hecho nos estamos volcando hacia la actividad ambulatoria». Según el subgerente de los hospitales de la capital malagueña, esto agiliza la vida interna del hospital, pues la atención domiciliaria y ambulatoria supone una recuperación más rápida y mejor del paciente gracias a hacerlo en su entorno y con técnicas menos invasivas. «Es la tendencia de la ciencia», subrayó.

Cuestionado sobre las quejas y reclamaciones de los usuarios, Javier Terol manifestó que la cifra se mantiene e, incluso, baja cada año. «En los hospitales de Málaga se atienden 1.500 urgencias al día y hay entre dos y tres reclamaciones. Es una tasa bajísima», alertó. Y es que desde le gerencia de los hospitales malagueños se lamenta que la imagen que en ocasiones se da de estos centros sea de caos. « Una cosa es que haya muchos pacientes, que los hay, pero otra es que se haga mal o de manera desorganizada», zanjó.