Málaga no renuncia al emprendimiento ni con la crisis. Lo lleva en su ADN. La provincia sigue siendo motor económico de Andalucía y las cifras denotan que lo peor ha pasado ya. Natalia Sánchez, secretaria general de los empresarios malagueños, es optimista pero igualmente exigente con las medidas que tienen que adoptar el Gobierno para favorecer la actividad económica e impulsar la creación de puestos de trabajo.

La crisis ha cambiado muchas cosas.¿Sigue siendo Málaga el motor económico de Andalucía?

Lo sigue siendo. Son 18 años de cifras acumuladas y objetivas. Es la provincia donde se crean más sociedades mercantiles. Cerramos 2013 con 4.704 empresas dadas de alta. Málaga es la provincia andaluza con mayor vitalidad. Esto representa 509 empresas más que el año anterior y si valoramos los incrementos del resto de provincias, nos situamos muy a distancia de Sevilla, que es la segunda. Esos parámetros se mantienen. También la cifra de autónomos ha crecido. Son muchas las personas que tras quedarse en el desempleo han optado por trabajar como profesionales independientes. En 2013 hemos constatado ese crecimiento con 97.370 autonónomos dados de alta, según la Seguridad Social. Son 3.800 más que el año anterior.

Se crean muchas empresas pero también mueren muchas. ¿Cómo se puede corregir esta elevada tasa de mortandad?

La tasa de mortandad es alta, pero cada vez son más los mecanismos y herramientas para que quien se atreva a dar el paso lo pueda hacer con un colchón y nivel de riesgo minimizado. En todo caso, el saldo el positivo. Se crean más empresas de las que se destruyen. La lectura es positiva a tenor de las cifras. En Málaga hay muchísima iniciativa.

La pregunta puede sonarle catalanista. ¿Recibe Málaga de la Junta lo que se merece en proporción a lo que aporta?

Estamos pendientes de poder cerrar la aportación que Málaga ha hecho en 2013 a las arcas autonómicas. En los últimos años, incluso con crisis, ha seguido batiendo récords, hasta el punto de que aportaba uno de cada tres euros que entrabaja en la Hacienda andaluza. Es un poco el reflejo de la potencia y empuje económicos que tiene este provincia. Sin embargo, no es cuestión de calarnos la boina y decir que merecemos más de lo que recibimos. Sí es verdad que Málaga impone un ritmo importante a nivel económico que afortunadamente hace que mantengamos el tipo ante la crisis gracias a nuestros sectores de actividad, como el turismo, que intenta combatir la estacionalidad. Con todo este caudal, Málaga se enfrenta a la crisis y trata de sobreponerse a ella con todas sus herramientas. Otras provincias no tienen las mismas posibilidades para superar este contexto duro.

¿Cómo pueden ayudar las administraciones a equilibrar el dinamismo de las provincias?

Desde el mundo empresarial nuestra demanda es clara: que el gasto vaya orientado a producir, que lleve una componente importante de inversión, que se está viendo muy resentida. Las cifras de inversión pública son muy reducidas, están en mínimos históricos. Por eso pedimos que el gasto por parte de la administración pública se oriente a la inversión para generar actividad económica.

¿Que Javier González de Lara presida la CEA viene a reconocer el potencial económico de la provincia de Málaga en la comunidad?

Ha tenido que influir el peso específico para que el presidente de CEA provenga de aquí, pero desde una perspectiva empresarial, Andalucía tiene mucho que ofrecer. El tejido se está reordenando y adaptando, y de qué manera, a la crisis, y está viendo vías de salida, como la internacionalización, la adaptación a las nuevas tecnologías, la aplicación de la innovación... Ha costado, en un contexto difícil sin financiación, pero lo han hecho con ingenio, creatividad y ganas de trabajar.

¿Comparte con el Gobierno que ya se está viendo la luz de este largo túnel?

Siendo objetivos, tenemos que hacer una valoración estricta de las variables macroeconómicas, que sí apuntan a que se ha detenido la caída. Se está generando un entorno que pudiera favorecer la recuperación. Esas cifras están ahí. Otra cosa es que se perciba ya en las pymes y autónomos, en el consumidor... Que son los que en su día a día tienen que ser conscientes que ese cambio se está dando para que eso ayude a que la mejoría sea más rápida. Si todavía el ciudadano no percibe que en su bolsillo tiene disponibilidad económica para consumir, no va a favorecer que crezca la demanda. Y esto tiene que ir acompañado también de otras medidas, como que las empresas tengan acceso a crédito y otros mecanismos para potenciar la generación de empleo. En todo caso, aún queda camino por recorrer. Es un proceso de recuperación lento y hay que ir paso a paso.

¿Se refiere a la traída y llevada reforma fiscal, que tantas veces han reclamado los empresarios?

Pues sí. Las noticias son que en marzo podremos tener un primer borrador que salga de ese grupo de expertos que ha estado trabajando con el Gobierno. Esta reforma se asienta en tres pilares. El acceso de las empresas a la financiación es fundamental, planteando formúlas bancarias, pero también extrabancarias). Existe una necesidad real de que llegue el crédito. Pero también venimos pidiendo que se disminuya la presión fiscal, ya que es muy importante que se facilite que las empresas puedan funcionar con margen de maniobra, ya que hasta ahora son mínimos. Asimismo, hay que disminuir la presión sobre las cotizaciones sociales, el verdadero impuesto sobre la contratación.

Mariano Rajoy se expresó en términos parecidos en el Debate sobre el Estado de la Nación. ¿Cómo valora los anuncios que realizó en el Congreso?

Son medidas que veníamos reclamando desde hace muchísimo tiempo. Pero este anuncio se produce después de la entrada en vigor de una medida que se aplica desde diciembre que supone un incremento importante de las cotizaciones. Esta buena medida, que valoramos, no va a tener el mismo impacto que si se hubiera aplicado antes de diciembre. Tenemos que seguir en esta línea, pero no sé cómo va a compensar el impacto de aquel decreto.

En todo caso, son herramientas que el PP había anunciado en su programa electoral y que, sin embargo, no va a empezar a utilizar hasta ahora. ¿No se sienten defraudados por el Gobierno?

Desde la empresa somos conscientes de que la situación que había que afrontar en España era muy difícil. Al borde del rescate. Hemos tenido que colaborar y aportar todos. Pero si ya se están dando las condiciones macroeconómicas adecuadas para que empecemos a crecer, hay que posibilitar medidas para favorecer la contratación, incorporar más personal en unas condiciones favorables. Pero aún hay una incertidumbre importante. Demandamos flexiblidad en el mercado de trabajo y disminuir el coste de la contratación, no el coste del despido. Es muy importante. Ahora llega el momento de adoptar estas medidas.

Las medidas del presidente del Gobierno entonces no dejan de ser un esbozo para ustedes...

Es lo que demandamos y es lo que tiene que venir ahora. No se puede pedir a las empresas que generen empleo con la carga fiscal y la carga de coste de contratación que ahora mismo hay. Pero hacen falta más cosas, como corregir la maraña administrativa, que se faciliten los trámites para poner en marcha nuevas iniciativas empresariales, así como la homogenización dentro de los territorios españoles en la tributación fiscal. Estamos despitando a los inversores.

¿Es verdad que el dinero está llegando a España?

Ahora España es un lugar ideal para invertir. Los precios están muy asequibles y tenemos un potencial de crecimiento importante. Tenemos que ser conscientes de esto. Hemos demostrado que somos capaces de sobreponernos a las situaciones más difíciles. Ofrecemos todos los alicientes y atractivos para venir y desarrollar actividad. Lo que nosotros demandamos es que se ayude con estas cuestiones para que no haya dificultades a nivel administrativos ni burocrático. Que no haya sobrecostes fiscales por venir a España con respecto a otros países que también están en el punto de mira de los inversores. Que se ofrezca seguridad jurídica a los efectos de planificación y ordenación del territorio.

La presidenta de la Junta, Susana Díaz, ha dejado claro que apuesta por la construcción sostenible para relanzar la economía andaluza. ¿Qué valoración hace de este plan?

Me consta que este plan va en dos líneas: tratar de poner arreglo a los municipios que no tienen un plan de ordenación funcionando, ya que no puede seguir pasando el tiempo sin que sepan la clasificación de sus territorios; y también para promover la construcción sostenible. Es una buena iniciativa, con dotación económica. El sector de la construcción ha tenido en Málaga un peso importantísimo. La crisis le ha obligado a sobredimensionarse y adaptarse al nuevo contexto, buscando nuevas fórmulas como la sostenibilidad y el uso de materiales reciclados. La construcción se ha estado moviendo y se ha especialidado en esas líneas donde tenía nuevas vías de funcionamiento. La Junta refuerza ahora con programas específicos consciente de que, en la medida de que la construcción funcione, arrastrará a otros muchos subsectores.

¿Es compatible este plan con la vigencia del POTA, que todos los constructores y la oposición creen que es demasiado restrictivo? ¿Lo suprimiría?

No soy partidaria de retirar nada, sino de hacer planes útiles y ágiles para ordenar el territorio. Y ponerlo en funcionamiento.

La Costa del Sol acaba de cerrar un año récord en visitantes y pernoctaciones, sin embargo, esto no se ha visto traducido en creación de puestos de trabajo. ¿Por qué? ¿Cómo se puede corregir esta situación?

Hay una cuestión de fondo que es importante que trascienda. Para que el sector turístico haya podido afrontar la crisis en estas condiciones ha tenido que llevar a cabo un proceso de reajuste y minimización de márgenes, revisando sus estructuras, haciendo esfuerzos muy importantes por mantener instalaciones y personal a costa del rendimiento empresarial. En muchos casos, tocando precios, aunque sin perder esa imagen de calidad que nuestro sector tiene. Que ahora haya más ocupación siempre es una buena noticia y para eso se ha trabajado. Se tiene muy aquilatado el funcionamiento y los recursos empleados para obtener estos resultados. Ahora estas buenas cifras tienen que afianzarse, porque en realidad sólo ha sido un año. Hay que esperar a ver cómo funcionaba la estacionalidad, es decir, ver cómo iba el invierno. Ha ido bien y los datos comparativamente con años anteriores son buenos, pero aún peores a los registrados en los años anteriores a la crisis. Ahora el verano dirá si se mantienen o no. El establecimiento hotelero contratará a más personal de forma natural cuando vea que aumenta la demanda.

¿Cuál es el mensaje que los empresarios trasladan a los ciudadanos? ¿Son optimistas?

Lo somos. Cuando tuvimos en mayo de 2013 nuestra asamblea ya hablábamos con positivismo. Nuestras previsiones se han ido constantando. Nos está costando mucho esfuerzo. Las empresas están aprendiendo mucho, salimos a otros mercados, aportamos nuevas ideas, somos creativos... A poco que el contexto ayude, estos proyectos nuevos se van a consolidar y las empresas que han sabido aguantar, lograrán volver a lograr las cifras de antes. No queremos lanzar las campanas al vuelo, pero sí hay que decir que se está recuperando esa senda del crecimiento que tanto se anhelaba en estos seis años tan largos de crisis.