­La caída del cabello es una situación prácticamente inevitable a la hora de enfrentarse al cáncer. Pese a que muchas técnicas anuncian la posibilidad de evitarlo ante un tratamiento como la quimioterapia, lo cierto es que a la mayoría de pacientes les ocurre. Es, quizás, uno de los momentos más temidos del tratamiento de la enfermedad, pues te da de bruces con la realidad.

La propia página web de la Asociación Española contra el Cáncer tiene un apartado en el que aborda las consecuencias del cáncer en la imagen corporal y en la percepción que los pacientes tienen de sí mismos. Por eso, alerta de que algunas personas pueden sentir dificultades para aceptar su imagen, sentir rechazo hacia su cuerpo y su aspecto físico, sentirse mutilados, avergonzados o menos atractivos. Y da consejos para afrontar la situación.

Estela Guerisoli acompañaba a su madre a las sesiones de quimioterapia para tratar su enfermedad. Cada vez que le ponían el tratamiento, los técnicos se sorprendían de que no se le cayera el pelo, pues lo tenía como el primer día. Lo que no sabían es que llevaba una peluca de pelo natural que ella misma se había fabricado. Estela, que además es presidenta de la Asociación Arte e Imagen de peluquería internacional, se dedica a mejorar el aspecto de sus clientas en su peluquería, situada en la avenida de Europa. Su madre le dijo: «Tenemos que hacer algo». Pero Estela se ocupó de la enfermedad de su madre, que se agravó y acabó falleciendo en Cudeca. Hace cinco meses, una clienta de su peluquería decidió hacerse un cambio radical. «Tenía un pelo divino y me dijo que me lo quería dar para hacer algo. Entonces, inmediatamente, algo se encendió dentro de mí y me acordé de mi madre». Ese día nació Mechones Solidarios.

Esta asociación sin ánimo de lucro procura pelucas de pelo natural a mujeres que han perdido su cabello. Estas pelucas tienen un costo en el mercado de entre 650 y 2.000 euros. Ellas las venden a 250 euros, un precio muy reducido y que solo paga una parte del proceso.

«Son para personas sin recursos económicos. No pueden ingresar más de 500 euros al mes en sus casas», señala. Han recibido peticiones de todas partes de España, incluso del extranjero, aunque la mayoría de pelucas se han quedado en Málaga, de donde es Mechones Solidarios.

El pelo a donar debe tener un mínimo de 20 centímetros y se puede acudir a una red de peluquerías solidarias que por 5 euros hacen el corte gracias a la donación. Además de estos locales, se puede donar pelo en eventos puntuales, como el celebrado en octubre en Muelle Uno o el que habrá hoy en Arroyo de la Miel. En estas acciones concretas el coste del pelado es de solo 2 euros.

Para hacer una sola peluca se pueden necesitar hasta quince donaciones, aunque todo depende de la cantidad de pelo de cada corte y también del diámetro de la cabeza del cliente. «Cada peluca tiene unas 40 horas de trabajo», señala la peluquera, que va a proponer a las instituciones enseñar a hacer estos artículos a mujeres en desempleo con el objetivo de que aprendan una profesión y para que las donen a las mujeres que las necesitan.

Desde que Mechones Solidarios se puso en marcha el pasado octubre, han hecho alrededor de quince pelucas -dos de ellas para niñas- aunque tienen numerosas peticiones. Reconoce que a raíz de los eventos que hacen, muchas personas con pelucas de pelo sintético o de pelo natural chino acuden a ellas porque las suyas no quedan tan bien. «Pero las derivamos a talleres donde las hacen, porque nosotras las dejamos a precio de coste para aquellas mujeres con problemas de salud y económicos», dice.

En Málaga hay nueve peluquerías solidarias en las que hacerse un corte de pelo para donarlo. «Cada vez más gente acude a peluquerías solidarias. El pelo crece y si no, se tira a la basura», señala. Por eso, explica que la sonrisa y satisfacción de las mujeres que las reciben es la mejor moneda de pago. Ha habido casos de mujeres que se han hecho pelucas con su propio pelo antes de que cayera y otras que lo han donado a familiares. Al tratarse de pelo natural, estas se pueden teñir, cortar y peinar como se quiera.

«Los efectos secundarios de la quimioterapia son muy fuertes y te dejan demacrada, no te sientes tú. Los médicos dicen que el estado de ánimo es fundamental para luchar, verte en el espejo guapa, sentirte bien», añade la presidenta de Mechones Solidarios.