A las 9.40 horas del viernes 14 de marzo, el Mayak está fondeado en el centro de la bahía de Málaga y pocos minutos después zarpa rumbo sur, como si su destino fuera Cabo Negro, en la costa de Marruecos. Lleva una velocidad que ronda los cinco nudos y poco antes de las 11.30 resta una veintena de grados al timón. Sobre el mediodía, el capitán corrige levemente la dirección inicial antes de protagonizar una primera maniobra abrupta. Son las 14.14 horas y el barco se detiene y gira 360 grados como si quisiera volver a Málaga a mitad de velocidad, pero minutos después cambia al destino original.

Con pequeñas variaciones, el rumbo se mantiene hasta pocos minutos antes de las 19.00 horas, cuando el Mayak ataca drásticamente a babor. La proa señala ahora la punta de Alhucemas, el espejo de Torre del Mar en Marruecos. Entre las 19.30 y las 20.00 horas, el viejo carguero cruza la autopista que forman las principales líneas marítimas del mar de Alborán (Tánger-Barcelona, Tánger-Génova, Savona-Setúbal y Tánger-Sete). Así se mantiene noventa minutos más antes de volver a sobresaltar todos los sistemas de Vigilancia Aduanera, cuyos agentes brincan de la silla cuando ven que el timonel se decanta de nuevo por babor para navegar hacia Italia. Las siguientes señales del barco se reciben pasadas las 4.00 de la madrugada del sábado a unos 60 kilómetros más al sureste del mar de Alborán. El Mayak está parado. Marca cero nudos, pero entre esa hora y la medianoche siguiente dibuja una media luna que sugiere una prolongada deriva para esperar un posible transbordo o simplemente hacer tiempo sin consumir combustible.

La Agencia Tributaria ya tiene toda su atención en el Mayak, que recién estrenada la madrugada del domingo dispara millas. Toca navegar paralelo a la costa de Marruecos y alcanza una velocidad de hasta siete nudos que reduce a dos sobre las 3.00 de la madrugada. Si hasta ahora los movimientos del buque han sido incoherentes, los siguientes serán escandalosos e indignos de cualquier cuaderno de bitácora.

Su lenta estela pinta un nudo de ovillo sobre el lienzo azul de Alborán. Fundamentalmente entre las 4.35 y las 5.28 horas, tiempo, velocidad y rumbo que invitan a pensar en un trasbordo de 565 fardos por parte de embarcaciones menores que se encaraman a babor y estribor del Mayak. Aunque parece dirigirse lentamente a Marruecos durante hora y media, a las 7.07 gira a estribor para poner a Cádiz en su horizonte, dirección que el capitán de la patrullera Fulmar, Jesús García de Leániz, asegura que tenía el mercante cuando los ocho tripulantes sirios fueron sorprendidos metiendo en la bodega de popa las casi 17 toneladas de hachís que tenían en cubierta.

El juzgado de guardia envió ayer a los ocho tripulantes sirios a prisión por un presunto delito contra la salud pública, después de acogerse a su derecho a no declarar. La investigación será dirigida por el juzgado de Instrucción número 4 de la capital.