La moda viene pisando fuerte y en EEUU las empresas se pelean entre ellas para patentar el producto. Una cosa tan simple como pequeñas gomas elásticas de colores se transforman en pulseras, gracias a algo de técnica y paciencia. Un pasatiempo que causa furor entre los más pequeños e inunda los patios de todos los colegios.

La nueva fórmula de crear cada uno sus pulseras ha llegado a la ciudad hace pocos meses y en los colegios no se habla de otra cosa. Las niñas se decantan por sus colores favoritos o las combinaciones que mejor queden, los niños por su parte prefieren los de su equipo de fútbol favorito. Una forma económica de llenar sus muñecas e incluso hacer anillos y collares con materiales muy simples.

En establecimientos chinos y en muchos kioskos se puede adquirir el paquete de gomillas que se necesita para dar forma a este último boom.

Uno de los kioskos que hay por la zona de El Corte Inglés, en la capital, es uno de los tantos que se suma a esta moda y desde hace tres semanas que venden las gomitas. Un euro por cien gomillas, aunque en los establecimientos que regentan los asiáticos se pueden adquirir hasta 300 gomitas por unos 90 ó 95 céntimos.

Josefa pasa a comprar un par de cosas a una de estas tiendas que hay en la calle Alonso de Palencia y de paso coge una bolsita para su pequeña Zaira. Con seis años se dedica a hacer pulseras para toda su familia y gracias a internet y los tutoriales que se pueden visualizar aprende nuevas técnicas para hacerlas más complejas.

Ella solo necesita unas 15 ó 20 gomitas para hacer una pulsera acorde a su tamaño. Alguna más cuando quiere hacer un regalo a su madre o tía.

Hace dos semanas que descubrió este mundo y ahora se pasa todo su tiempo libre creando pulseras. Sus ideas son claras, le gustaría venderlas. La madre se ríe al decir la idea de la pequeña y se pregunta cuánto durará.

Una moda que viene de lejos

En España la moda llegó a finales de 2013 aproximadamente pero sus inicios se remontan mucho antes al otro lado del charco. En 2010 comenzó a darse la «gomamanía» en EEUU. Su creador fue un ingeniero que hacía pulseras para sus hijas al entrelazas las gomas con los dedos. Desde entonces se han vendido unos tres millones de unidades, una auténtica mina de oro que cuanto a día de hoy con miles de adeptos.