­Andalucía ha estrechado el cerco a la pesca de arrastre ilegal. Más de una treintena de arrecifes artificiales protegen los recursos pesqueros y hábitats marinos de más de 500 kilómetros cuadrados de costa. En el litoral malagueño, desde que en 1992 se fondeó el arrecife de Punta Calaburras-Desembocadura del río Guadalhorce, frente a la costa de Torremolinos, uno de los primeros de Andalucía en recibir financiación europea, se han instalado 13 arrecifes artificiales, de los que cuatro se encuentran en aguas exteriores.

Con su instalación, a partir de módulos de hormigón armado como material básico, se protege el medio marino, al tiempo que se potencia el sector pesquero artesanal, más selectivo, permitiendo la regeneración de los recursos pesqueros.

De hecho, la principal finalidad de la mayoría de los arrecifes artificiales fondeados en Andalucía es disuasoria (módulos de protección), ya que su instalación frena el desarrollo de actividades pesqueras como el arrastre en fondos no autorizados, preservando el valor ecológico de los mismos. Al mismo tiempo, estos elementos, así como los módulos de producción, proporcionan abrigo y albergan en sus huecos especies pesqueras, protegiéndolas en sus fases de reproducción y puesta.

No en vano, la pesca de arrastre, prohibida a profundidades menores de 50 metros, es una de las principales causas de degradación de la biodiversidad submarina y sus hábitats, como es el caso de las praderas de fanerógamas, que atraen a un gran número de especies de interés comercial para la pesca, pero que también protegen la costa de la erosión. Estos ecosistemas, especialmente protegidos por la Unión Europea, se han visto enormemente afectadas por la aglomeración de las zonas costeras y las redes de arrastre. Los seguimientos que se realizan a los arrecifes artificiales instalados han demostrado que al cabo de unos años estas instalaciones favorecen la recuperación de la zona dañada, en favor de la pesca artesanal y sostenible.

Medida de gestión pesquera

Los arrecifes artificiales se plantearon a finales de los años 70 como una medida de protección directa de los hábitats de interés pesquero y, por tanto, de regeneración de los recursos, aunque fue la incorporación de España a la entonces Comunidad Económica Europea la que consolidó su instalación como medida de gestión pesquera, gracias a las ayudas económicas que empezaron a llegar desde Bruselas. De los dos arrecifes pioneros que se fondearon en Cataluña hasta 1982, se pasó a la instalación de diez hasta 1989 (entre ellos el primero de Andalucía) y a un total de 93 en la década de los 90. En la actualidad, hay más de 130 en las costas españolas.

En Andalucía, la Consejería de Agricultura y Pesca viene desarrollando desde 1989, un programa de acondicionamiento del litoral andaluz, mediante la instalación y seguimiento de arrecifes artificiales con el fin de proteger, regenerar y desarrollar los recursos pesqueros de zonas litorales locales. El primero se fondeó ese mismo año frente a la playa de Conil de la Frontera, instalación a la que seguirían cuatro más hasta 1991 y un arrecife de atracción-concentración, que complementó al fondeado en la costa gaditana, lo que supuso una inversión entonces de 141 millones de las antiguas pesetas que fueron sufragadas en su totalidad por la Junta de Andalucía.

Los primeros proyectos en obtener financiación europea fueron los que se instalaron en 1992 en la zona de cría y engorde de la desembocadura del río Guadalquivir, en Huelva (Fase III del arrecife de Sanlúcar), en la franja costera que se extiende desde Punta de Sabinal a Punta de Torrejón, en Almería, y el fondeado en la costa de Torremolinos, instalaciones que fueron financiadas al 50% con fondos estructurales comunitarios.

Desde 1989 la Consejería de Agricultura y Pesca ha instalado 22 arrecifes artificiales en el litoral andaluz, de los que tres se han reforzado para garantizar su efectividad, lo que supone cerca de 11.500 módulos fondeados y una inversión próxima a los 12 millones de euros. El apoyo financiero de Europa, a través de diferentes programas comunitarios, ha sido determinante para llevar a cabo estos proyectos. En el periodo entre 2007 y 2013, las ayudas procedentes del Fondo Europeo de Pesca (FEP) han representado el 75% de la inversión total.

A estas instalaciones hay que sumar otros diez arrecifes artificiales, cuya titularidad corresponde a otras administraciones y entidades públicas. Así, la Secretaría General de Pesca, dependiente del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, gestiona ocho de estas instalaciones, de las que cuatro están fondeadas en aguas exteriores del litoral malagueño.

Promovido por el Ayuntamiento de Salobreña, el arrecife instalado frente al peñón de esta localidad granadina es el único arrecife instalado en aguas interiores andaluzas cuya titularidad corresponde a un ayuntamiento. A la Consejería de Medio Ambiente le corresponde la titularidad del arrecife artificial que hay en el Cabo de Gata, que busca preservar las reservas integrales marinas del parque natural almeriense.

Protección del litoral axárquico

En la costa de Málaga, hay 13 arrecifes artificiales, de los que cuatro son de titularidad estatal, con una inversión superior a los 800.000 euros, y nueve han sido instalados por la Consejería de Agricultura y Pesca, que ha invertido en Málaga más de 3,5 millones de euros, lo que supone el 30,5% del presupuesto final de todas las actuaciones de este tipo llevadas a cabo en Andalucía.

Sólo en la costa de la Axarquía hay fondeados ocho. El arrecife artificial de Maro-Cerro Gordo, instalado en 2006 en el límite entre las provincias de Málaga y Granada, en el Parque Natural de los Acantilados de Maro-Cerro Gordo; en Punta de Torrox hay tres arrecifes, dos de ellos gestionados por la Secretaría General de Pesca. El tercero llega hasta Torre de Maro y cubre la franja costera entre Torrox y Nerja. Frente a las playas de Lagos, El Morche y El Cenicero se encuentra el arrecife artificial de Río Lagos, que llega hasta la punta de Torrox. Prolongación de éste, pero hacia poniente, está el de Algarrobo, fondeado frente al puerto de Caleta de Vélez. A continuación se encuentra el arrecife de Punta de Vélez Málaga, también de titularidad estatal, y el arrecife Puerto Deportivo El Candado-Torre de Benagalbón, situado frente a las playas de Rincón y La Cala del Moral.

Completan la red de arrecifes de la provincia el de Torremolinos (Punta de Calaburras-Desembocadura del Guadalhorce), el de Marbella-Cabo Pino, dos en Punta de Baños, en Marbella, uno de los cuales se encuentra en aguas exteriores, y arrecife artificial de Punta Chullera-Torre Albelerín, situado en la costa de Estepona.

En el caso del arrecife de Maro-Cerro Gordo, que se instaló para proteger y recuperar el área marina de este paraje natural, se han planteado actuaciones de refuerzo para proteger las praderas de posidonia oceánica en la zona conocida como Molino de Papel, en el marco del proyecto Life+Europa de conservación de estos ecosistemas marinos en el Mediterráneo andaluz.