El patrón siempre es el mismo. Las labores de investigación, vigilancia y seguimiento de los agentes finalizan con la localización de los puntos venta de drogas en los que pueden participar varias personas. La operación no se revienta hasta que se ha cerrado el círculo con el objetivo de acabar con el problema desde la raíz. Como la operación desarrollada en agosto en la caliente barriada de Los Palomares, donde hasta ocho personas fueron detenidas tras sendos registros domiciliarios en los que los agentes localizaron una veintena de papelinas de cocaína, heroína y revuelto. La investigación se inició cuando los investigadores tuvieron conocimiento de que un domicilio en el que ya habían desarticulado un punto de venta de drogas unos días antes y cuya principal encargada había ingresado en prisión, había sido puesto en marcha de nuevo por parte de tres hijas suyas menores de edad y la abuela de éstas, entre otros implicados. En octubre, la operación Borja se llevó por delante en Palma-Palmilla dos puntos de venta y a cuatro personas que acumulaban un arsenal de 110 dosis de cocaína preparadas para su venta.

La lucha contra el menudeo de drogas en la capital ha convertido a los grupos de pequeño tráfico de la Policía Nacional en un martillo pilón que no cesa de golpear a los puntos de venta que se extienden a lo largo y ancho de la ciudad. Año tras año, los balances arrojan cientos de detenidos, quioscos desmantelados y muchos kilos de droga intervenidos que acaban en la incineradora. Y 2013 no es una excepción. Según los datos aportados por la Dirección General de la Policía a La Opinión de Málaga, la Policía Nacional desmanteló durante todo el año pasado 247 puntos de venta de drogas en intervenciones en las que resultaron detenidas 383 personas por presunto delito contra la salud pública. De la misma forma, los investigadores localizaron en todas esas actuaciones más de 37 kilos de diferentes estupefacientes y la friolera de 72.534 euros en metálico, cifra que da una idea del dinero que mueve el menudeo en la ciudad. La gran mayoría, con 29 kilos, resultó ser hachís, la droga estrella por delante de la cocaína, que sumó 7,3 kilogramos. Por su parte, la heroína no desaparece de mapa de la droga de la capital y sumó 60,53 gramos.