Que Málaga es referente de trasplantes en toda España y parte del mundo no es ajeno a nadie. Prueba de ello es su candidatura a presidir la Olimpiada de trasplantados en 2017, para lo que se enfrenta a Tokio y Berlín. El próximo 18 de junio los organizadores elegirán a la ciudad que acogerá los juegos deportivos. La cita será en Mar del Plata (Argentina) y el jurado debatirá sobre los puntos fuertes y débiles de las candidatas. Ayer visitaron Málaga para conocer las instalaciones que podrían acogerlas: Carranque, el estadio de Atletismo, Inacua o el Martín Carpena, entre otros. De hecho, el presidente de la federación organizadora de los Juegos Mundiales de Trasplantados, Olivier Coustere, reconoció ayer la fortaleza de la candidatura, aunque no quiso «mojarse» sobre si Málaga es o no la favorita. Aún así, recordó que su carácter mediterráneo, sus calles peatonales que ayudan al «encuentro» y su tamaño «ni muy grande ni muy pequeña» son algunos de los puntos fuertes de la candidatura.

La vigésimo primera edición de estos juegos espera contar con la participación de más de 1.700 deportistas de unos 64 países de todo el mundo y su duración será de una semana. Es la primera vez que España se presenta para celebrar estos juegos, cuya finalidad es mostrar a la sociedad la importancia de las donaciones de órganos, que ayudan a estas personas a seguir con sus vidas hasta el punto de competir en algún deporte, así como tener sueños y metas. «Con la donación se puede tener muy buena calidad de vida, y sirve para que los países con donaciones bajas aumente, y para que España, primer país del mundo, siga creciendo», dijo Coustere.

Y es que para la organización, es clave desmitificar la vida del trasplantado, oculto durante años y sobreprotegido por la medicina y sus propias familias. «Antes se trataba de que el paciente no muriese. Hoy de que viva», subrayaron.

Por eso, recordaron que, siempre y cuando se participe de manera responsable, hacer deporte de manera moderada es más que positivo para un paciente trasplantado. Para poder participar hay que hacerse varios análisis además de llevar más de un año tras haber pasado por un proceso de trasplante. «Estos juegos sirven para demostrar que los trasplantes merecen la pena», señaló el presidente de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), Rafael Matesanz, que recordó que las personas trasplantadas cada vez tienen un mayor grado de normalidad. Por su parte, el presidente del comité organizador, Mateo Ruiz, recordó la importancia que juegan las familias en las donaciones de órganos, «pues en el dolor de su pérdida permiten el milagro de la vida».

La historia de estos juegos se remonta a 1978 cuando un profesor las organizó en Portsmouth. En la actualidad, son más de 70 países los participantes y ya se cuenta con peticiones para celebrarlos en 2019.