­¿Qué tienen en común la remodelación de la zona del Muelle Heredia, hoy conocida como el Soho, la reforma de la Plaza de la Merced y la renovación y peatonalización de varias calles en el entorno del Museo Thyssen de Málaga? Más allá del engorro de unas obras, que siempre se tercian incómodas para vecinos y viandantes, detrás de estas iniciativas, y de otras muchas que han permitido cambiar en parte la fisonomía del centro histórico de la capital, está el desarrollo de proyectos compartidos con regiones del norte de África, pero también con numerosas ciudades y regiones españolas y europeas, que han permitido conseguir fondos europeos para hacerlos realidad.

Desde el inicio de la crisis económica, que cerró prácticamente el grifo de las inversiones, Málaga ha sabido sacar partido a la puerta que la Unión Europea mantiene abierta al desarrollo de proyectos al alimón: casi 14,5 millones de euros desde 2009.

El grueso de esta cantidad ha llegado a través del Programa de Cooperación Transfronteriza España-Fronteras Exteriores (Poctefex), que articula los recursos del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) en proyectos de cooperación con Marruecos que se han centrado fundamentalmente en la sostenibilidad, la dinamización económica y la protección del patrimonio cultural, y que han supuesto una inversión total de unos 9,7 millones de euros.

En el marco de la segunda convocatoria de este programa (2011-2013), la Comisión Europea dio el visto bueno a seis proyectos del Ayuntamiento de Málaga por un montante total de 6,3 millones de euros, de los que 4,7 (el 75%) llegaron vía fondos europeos. Entre los socios de la capital se encuentran los ayuntamientos de Alhucemas, Chefchadien, Larache, Nador, Tánger y Tetuán, y las regiones de Taza-Alhucemas-Taourate y Tánger-Tetuán.

Entre los proyectos desarrollados destaca el impulso a la zona comprendida entre la zona Sur de la Alameda Principal y el Muelle de Heredia, dentro de la iniciativa Soho, promovida por vecinos y comerciantes, que contempla la reconversión de barrios degradados en distritos de las artes, con el objetivo de dinamizar actividades ligadas a la cultura, el comercio y el fomento de la colaboración público-privada como eje vertebrador de una marca de barrio. Este proyecto, que ha contado con un presupuesto de 1,3 millones de euros, se ha desarrollado también en varias zonas de Tánger y Tetuán.

La reforma de la Plaza de la Merced encontró cabida en el marco de la iniciativa Arrabales (1,5 millones), que incluía acciones para la recuperación de la ciudad antigua como motor de desarrollo local y promotor del turismo cultural a los dos lados del estrecho. Paralelamente a esta actuación, se inició la rehabilitación de un inmueble en la Medina de Tetuán, como sede de la oficina del centro histórico de la ciudad marroquí.

A través del programa Ecociudad (980.000 euros) se han promovido actuaciones para la mejora de la eficiencia energética a través de la aplicación de energías renovables, involucrando a distintos colectivos de la sociedad civil, tanto de Málaga como de Marruecos, al tiempo que se ha puesto en marcha un Eco-Centro, a partir de contenedores marítimos reutilizables y transformados en autosuficientes energéticamente con categoría A, como sede de la Asociación Marroquí de Eco-Villes en el Parque Natural de Talassemtane de Chaouen.

El programa Horizonte (393.400 euros) de apoyo a pequeñas y medianas empresas ha permitido en los últimos años potenciar las relaciones hispano-marroquíes en el marco de los sectores del comercio, la restauración y el turismo responsable, desarrollando innovadoras herramientas para la internacionalización de las pymes a ambos lados del estrecho.

Dentro del programa Patrimonio 2CP (1,35 millones), que contemplaba el intercambio de experiencias sobre la revitalización de centros históricos, se han sentado las bases para la renovación urbana del entorno de calle Gigantes (Postigo de Arance, Cobertizo de Malaver, Nuño Gómez, Viento, Golotera, Fajardo y Dos Aceras), mientras que en la ciudad marroquí de Larache se ha procedido a la rehabilitación de las fachada del Ayuntamiento.

Por último, y en el marco de la iniciativa Centro EHM2 (705.500 euros), se ha puesto en marcha el Centro de Estudios Hispano Marroquí de Málaga y de Tánger. La rehabilitación de la sede del primero, sita en calle Muro de San Julián 33, se llevó a cabo dentro de la primera convocatoria del programa Poctefex (2009-2011).

Y es que, con cargo a la misma se ejecutaron un total de cinco proyectos por valor de 3.408.750 euros, cofinanciados igualmente al 75% con fondos Feder, entre los que destacan la recuperación del entorno de Especerías (calle Comedias, Salvago, Compañía, Plaza del Museo y Plaza de los Mártires?), mientras que en Marruecos se procedía a la rehabilitación del espacio central y fachada del puerto en la Medina de Tánger, actuaciones que se enmarcaron en un proyecto de recuperación del patrimonio histórico y cultural que contó con un presupuesto de 1,5 millones de euros.

Pero más allá del norte de Marruecos, Málaga también ha buscado aliados en otras ciudades españolas y europeas para desarrollar proyectos que apuestan por la sostenibilidad urbana y tienen financiación europea. Este es el caso del programa CAT-Med, que contempla el desarrollo en cada una de las ciudades implicadas un de proyecto piloto de barrio sostenible o Manzana Verde que, en el caso de Málaga, se ha diseñado en El Duende, actuación que este año debe quedar definida para su ejecución.

Otro proyecto piloto, éste de eficiencia energética en un inmueble del Instituto Municipal de la Vivienda de la capital, donde se han instalado contadores inteligentes, centra la participación de Málaga en el programa Elih-Med, que encabeza la Agencia Nacional Italia de Nuevas Tecnologías, Energía y Desarrollo Sostenible (ENEA) y que defiende nuevas políticas públicas destinadas a generalizar la mejora de la eficiencia energética en la vivienda con vocación social en el Mediterráneo.

Un Plan de Acción en Palma Palmilla, que contempla el refuerzo de la cohesión social, mejoras en los espacios verdes y medidas de lucha contra la pobreza (Proyecto Reblock, liderado por la ciudad de Budapest), la regeneración urbana de El Ejido y la conversión de un solar municipal en huerto urbano (Programa Sudoe, de Cooperación Territorial del Espacio Sudoeste Europeo) y el intercambio de buenas prácticas sobre sostenibilidad, en el que Málaga es pionera y ciudad de referencia (Proyecto Urbelac, de Cooperación con Latinoamérica), son algunas de las iniciativas puestas en marcha con fondos europeos.

A finales de este año y principios de 2015 se dará por terminado el actual periodo de inversiones de la UE, por lo que Málaga, a través del Observatorio del Medio Ambiente Urbano (OMAU), trabaja ya para perfilar los proyectos compartidos sobre los que pedirá financiación para 2014-2020.