El proceso de creación de la nueva cárcel fue el siguiente: En la reunión de 20 de mayo de 1928 aprobaron el convenio suscrito por el Cabildo -presidido por el alcalde Enrique Cano Ortega-, y la familia Cárcer, comprándoles a éstos una parcela de terreno en la finca urbana denominada Carranque de 21.608 m2. A continuación y, en la misma sesión, por unanimidad, se acordó ceder al Estado dichos terrenos para construir en ellos la nueva prisión.

En junio de 1928 se otorgó la escritura de compra venta de los expresados terrenos. Su precio fue tasado en 32.412 pesetas. Y el 31 de agosto se firmó la escritura de donación a favor del Estado.

Colocación de la primera piedra

El procedimiento administrativo siguió su curso, lentamente; y dos años después, el 28 de agosto de 1930, se colocó la primera piedra de lo que sería la próxima prisión provincial. Al acto concurrieron, además del alcalde, el ministro de Gracia y Justicia, señor Estrada; el director general de prisiones; el inspector del cuerpo de prisiones; el gobernador civil de Málaga, señor Queipo de Llano; tenientes de alcaldes; gobernador militar, presidente de la Audiencia; director de la cárcel y personal de la misma; y diversas autoridades, personalidades y directores de centros y entidades.

La contrata de la obra le fue adjudicada a Severiano Montoto, el mismo que llevó a cabo la restauración del edificio de la Aduana.

Victoria Kent regresa a Málaga

Cuando Victoria Kent fue nombrada directora general de prisiones en mayo de 1931, lo primero que hizo fue fundar el Instituto de Estudios Penales; y además se recorrió la geografía carcelaria española. El 5 de junio de 1931 vino a Málaga. Veremos a continuación los pasos que siguió en su visita a nuestra ciudad, después de una ausencia de 16 años:

A las diez y media del día 6 se personó en la cárcel, interesándose porque le diesen cuenta detallada de las deficiencias e irregularidades que pudiesen existir, para ser corregidas con urgencia.

En aquellos años sólo existían 133 reclusos, de los cuales 57 correspondían a los encartados de los últimos sucesos ocurridos en Málaga con motivo de la quema de las iglesias, conventos y la redacción del periódico La Unión Mercantil.

Visitó todas y cada una de las dependencias carcelarias que integraban el edificio: dormitorios, escuela, cocina, capilla, celda de castigo, enfermería, departamento de mujeres -aunque en aquellos momentos no existía ninguna reclusa- y azotea.

Atendió las peticiones de varios reos, probó el rancho y finalmente dijo que la cárcel de Málaga tenía muchos defectos, siendo el más importante la falta de celdas o un departamento que debía estar destinado para los que no eran profesionales del delito.

A las doce y media se trasladó, junto con el alcalde, a los terrenos de Carranque, donde se estaba construyendo la nueva prisión, siendo recibidos por el arquitecto municipal, Enrique Esteve, y el representante del contratista de las obras.

El Sr. Esteve mostró los planos del nuevo edificio y todas las dependencias que figuraban en la planta baja, donde se construirían 37 celdas comunes y 7 para distinguidos, 4 dormitorios con una capacidad de 20 camas cada uno, y otras dependencias auxiliares, tales como lavaderos y retretes.

Victoria Kent mostró el propósito decidido de que aquellas obras se llevasen a cabo con la mayor celeridad, para que el traslado a la nueva cárcel se hiciera lo antes posible, a poder ser, a mediados de 1932. Sin embargo, sabemos que Victoria Kent dimitió de su cargo en 1932, cuando el gobierno se opuso a su proyecto de reforma del cuerpo de prisiones; y ello, probablemente repercutió en el retraso de las obras de la cárcel de nuestra ciudad.

Inauguración de la nueva cárcel en 1933

Dicho acto tuvo lugar el 13 de octubre de 1933. El día 12 llegaron de Madrid a nuestra ciudad para su inauguración el director de prisiones, José Estellés, acompañado del subsecretario de Justicia, Sr. Moral; el arquitecto autor del proyecto y director de las obras, Vicente Agusti (o Augusti), y el jefe de la sección de Obras de la Dirección General de Prisiones, Sr. Díaz Cervallos. El acto de recepción tuvo lugar a las once de la mañana, del día 13; asistieron, además de los ya mencionados, el alcalde de la ciudad, Narciso Pérez Texeira; el gobernador civil, Sr. Pérez Molina; el director de la cárcel, Sr. Fernández Biet; el presidente de la Diputación, Sr. Mapelli; el presidente y el fiscal de la Audiencia Provincial; los arquitectos del Estado, José Ortiz Guzmán y José Gutiérrez Lescure, y numerosas autoridades. Después de recorrer todas las dependencias, se procedió a la firma del acta de entrega del edificio. Fue suscrita por el subsecretario de Justicia, director general de prisiones, Sr. Estellés; arquitecto del Catrasto, jefe de la sección de Obras; director de la prisión y el contratista Sr. Montoto. Quedó constancia en este acto del precio de las obras de la nueva prisión que había ascendido a un millón quinientas treinta y cinco mil pesetas. Después de finalizado el acto, todos los presentes, un total de cincuenta personas, fueron invitados a un banquete en los Baños del Carmen.

En El Popular del día 14 de octubre, se publicó una entrevista con José Estellés, director general de prisiones; en ésta se comentaban diversas actuaciones que serían llevada a cabo próximamente en relación con la Ley de vagos, amnistía, gastos de locomoción a los funcionarios de la prisión, dada la lejanía del centro de la nueva cárcel, y también aclaraba que la capacidad de la prisión, en un primer proyecto, era para 150 plazas. Más tarde fue rectificado para una estancia de 300 reclusos, y entonces podía afirmar que podría dar cabida a 400 reos. En aquel año de 1933, la antigua prisión tenía 229 plazas, más 14 presos políticos y 2 reclusas. Al preguntarle el periodista cuándo podrían trasladarse los presos a la nueva cárcel, el Sr. Estellés aclaró que había que terminar aún algunos detalles complementarios en la nueva cárcel: instalación de la luz, mobiliario, etc.; por lo que creía que el traslado podría efectuarse en el plazo de dos meses. También las revistas malagueñas se hicieron eco de la inauguración de la nueva prisión, con fotos del interior del inmueble.

Cárcel en Alhaurín de la Torre

La cárcel situada en Carranque, desde que se inauguró, pasó a depender directamente del Ministerio de Justicia. Con el paso de los años se fue quedando pequeña. Construida para admitir a 400 reclusos, ya en el año 1985 albergaba a 700 internos, cifra que fue aumentando con el paso del tiempo.

Después de buscarse un lugar idóneo para una nueva prisión se pensó en Alhaurín de la Torre y, aunque hubo conflictos y discrepancias con el Ayuntamiento y los vecinos del pueblo, en octubre de 1984 se alcanzó un acuerdo y, el propio ministro de Justicia presentó en Málaga el proyecto de nueva edificación.

El nuevo centro podría albergar a 884 internos. Las obras comenzaron en octubre de 1984 y, fue inaugurada en 1992. Aunque, la antigua prisión de Carranque continuó usándose, desde 1992, como centro de tercer grado, albergando a los reclusos en régimen abierto. Pues el Estado conocía la existencia de una cláusula en la escritura de cesión de los terrenos del año 1928, incluida por el Ayuntamiento, mediante la cual, si dejaba de utilizarse como cárcel, debería devolver los terrenos al Cabildo municipal; por ello, durante años, continuó utilizando la antigua prisión de Carranque para los reclusos en régimen abierto, y los internos recluidos en la prisión de Alhaurín de la Torre.

Sin embargo, en la actualidad, 2014, el edificio está clausurado y el Ayuntamiento -después de un largo litigio con el Estado-, recuperó la prisión y está a la espera de utilizar el inmueble para una actividad cultural. Alguna Universidad privada está interesada en el edificio por su amplitud y céntrico emplazamiento.

Proyecto de nueva prisión en Archidona

A principios de 2010, debido en parte al crecimiento de la inmigración en Andalucía, la población reclusa de Alhaurín estaba masificada: 1.611, distribuida en 909 celdas, lo que obligaba a enviar, cada semana, a una treintena de reos a otras prisiones. Según un estudio realizado, 546 de los 1.611 reclusos que había en la cárcel procedían de fuera, lo que convertía el centro en una Torre de Babel y, sólo había 114 mujeres.

Desde la apertura del Centro de Inserción Social (CIS), los internos en tercer grado que se encontraban en la Sección Abierta han sido desplazados al nuevo recinto, ubicado en el Polígono Guadalhorce, lo que ha trasladado parte del problema de la masificación a dicho complejo, puesto que el CIS tiene capacidad para 400 personas y ya albergaba cerca de 500 internos, si bien no todos pernoctan allí, ya que en torno a un centenar están bajo control telemático.

Este nuevo centro penitenciario del Guadalhorce fue inaugurado en abril de 2009 y, el traslado de los presos desde el antiguo edificio en la Cruz de Humilladero se completó para mediados de agosto de 2010.

Mientras, el Ministerio del Interior adjudicó las obras para la construcción de una segunda cárcel en Archidona por 89 millones de euros a la empresa Vías y Construcciones, S.A. El recinto se ubicará en la zona denominada La Saucedilla en Archidona y, según el proyecto inicial, tendrá 1.008 celdas y capacidad para más de 2.000 reclusos. Sin embargo, de momento, el proyecto aún no ha comenzado debido a la crisis económica que asola a nuestro país.