Conmoción, comentarios en corrillos improvisados, opiniones mil y recuerdos al policía fallecido. El entorno de la calle Frigiliana era esta mañana un hervidero, con los vecinos con un único tema de conversación y opiniones coincidentes en que era algo esperable, debido a la habitual violencia del indigente Stefan R., que ya había protagonizado un grave incidente con agresión a un agente de la Policía Local. Anécdota repetida y recordada una y mil veces esta mañana.

Pocos son los que no saben qué pasó ayer por la tarde. El tiroteo y la muerte del agente en la calle Frigiliana ha puesto del revés un barrio que suele estar marcado por el bullicio comercial y el tráfico incesante. Sin embargo, los comentarios volvían una y otra vez a recordar el suceso de ayer tarde. El impacto social ha sido grande y un pequeño altar en la calle Frigiliana con velas, flores y algún mensaje de apoyo al agente muerto así lo atestigua. Se ha situado en el punto en que el agente cayó al suelo tras ser apuñalado y por allí se podían ver a muchos vecinos santiguándose, encendiendo las velas o simplemente comentando todo lo que ocurrió.

Los agujeros de bala en varios comercios eran motivo de curiosidad, testigos mudos de una escena que "parecía una película o una serie", como apunta una de las testigos. No eran pocos los que iban en la búsqueda de estos detalles, como queriendo comprobar la veracidad de lo que habían leído o visto en televisión.

El impacto de la muerte del policía ha sido hondo y la rabia e impotencia se expresaba con contundencia: "A ver qué dice Merkel ahora", "que se lo lleven a Alemania", "si hubiese sido el policía le hubiese pegado tres tiros"... El resentimiento era grande ante el tamaño de la tragedia vivida por la familia de Francisco Díaz, el agente fallecido por una puñalada. Tanto es así que en la vivienda abandonada donde vivía Stefan R. apareció una pintada contra el indigente: "Asesino. No te mataran. Cabrón".