Nueve años lleva la asociación El Romeral contra el Ruido batallando contra lo que considera el principal problema: El exceso de mesas y sillas de bares y restaurantes en las calles.

La presidenta, la abogada Virginia Martínez, recalca que en los últimos tiempos la Policía Local «se está portando, vemos más movimiento, se levantan actas y se hacen inspecciones». El problema, subraya, es que el Ayuntamiento no cumple su parte y no adopta las medidas sancionadoras recogidas en las ordenanzas.

«El problema es que no se quiere solucionar el problema. Se incumple la ley, pero no se toman medidas», expresa Eusebio Gallardo, de la asociación. Eusebio convive con un establecimiento, en la avenida Plutarco con la calle Francisco Balbín que, asegura, «puede tener del orden de 30 mesas, no sé cuántas tendrá autorizadas, pero supongo que menos porque muchas veces cuesta pasar por ahí». El miembro de la asociación plantea que incluso hay una furgoneta llena de mesas por si se tercia aumentar la ocupación.

La asociación conoce casos de establecimientos que quintuplican el número de mesas autorizadas, informa Virginia Martín, que subraya que el artículo 15 de la ordenanza de ocupación de vía pública «permite en caso de incumplimiento ante diferentes requerimientos, autorizar a la policía a que retire el exceso de mesas y sillas». Algo que, destaca, sólo se llevó a cabo el año pasado algunos días durante una semana.

La presidenta también señala que fue informada este mismo mes por la Policía Local de la existencia de más de 40 establecimientos del Romeral que ocupan la vía pública sin licencia para montar terrazas, y hay una cifra similar de locales sin seguro.

«Todo el suelo del barrio está lleno de enganches para los toldos, si yo ahora me tropiezo, ¿quién me paga a mí?», pregunta Lidia Villalón, secretaria del colectivo.

Otra de las quejas es el incumplimiento de los horarios de cierre. «En general unos cumplen y otros no pero cuando llega el verano, tanto en bares como en restauración la gente se va más tarde», cuenta Virginia Martín, que detalla que en muchas casos el cierre se pospone entre 30 y 45 minutos.

Este colectivo se muestra también crítico con algunas medidas. Es el caso del anuncio el año pasado de toldos que absorbían el sonido, «algo de lo que no sabemos nada», apunta la presidenta, o el mapa de ruido de la zona, «una tomadura de pelo porque no contempla el ocio nocturno».

Por último, encuentran «absurdo» el nuevo sistema de medición de ruido, que informa a los clientes si han superado los niveles permitidos. «Si somos los afectados, por qué no cuentan con nosotros?, se están gastando un dineral en tonterías», dice la presidenta, que pide al Ayuntamiento el uso de un local, tres horas a la semana, para atender a los vecinos. La asociación cuenta con un correo (elromeralcontraelruido@hotmail.com), un blog (www.elromeralcontraelruido.wordpress.com) y una cuenta en Facebook.

El Ayuntamiento La concejala de Promoción Empresarial, Ana Navarro, dijo ayer ser consciente de los problemas de los vecinos. «Sus molestias están presentes y no las queremos olvidar», señaló y recalcó que la policía no deja de sancionar, plano en mano, cuando se rebasan las mesas permitidas, pero también reconoció que muchos de estos establecimientos, vuelven a excederse en la ocupación pasados unos días «y cuando llega el fin de semana». Navarro insistió, no obstante en que el Consistorio «tiene en el punto de mira» este problema.