La oferta de museos de la ciudad tendrá en 2015, año electoral por partida doble, su punto de inflexión. A la prevista apertura del Museo de Bellas Artes en el Palacio de la Aduana, el Ayuntamiento ya ha sumado otras dos nuevas pinacotecas en Málaga, ambas con proyección internacional: el Centro Pompidou y el Museo Estatal Ruso de San Petersburgo.

El salto de calidad en la oferta será notable, aunque eso también trae aparejado un coste para la ciudad. Los ocho grandes museos municipales de la ciudad, incluyendo estos dos proyectados para el año próximo, supondrán un gasto anual de unos 10 millones de euros para el Ayuntamiento de Málaga. Eso sí, con algunos matices que pueden elevar este coste. O reducirlo si se consigue el patronazgo de empresas.

La creación de una red de museos para la ciudad, que apuntale la oferta cultural para el creciente turismo urbano que recibe, es uno de los objetivos del Ayuntamiento de Málaga en la última década. Esto ha supuesto un desembolso de unos 53 millones de euros en esta infraestructura en diez años. El resultado ha sido la apertura del CAC Málaga, el Museo Carmen Thyssen, el MIMMA, el Museo Revello de Toro, la prevista inversión en el Cubo para el Centro Pompidou y la reforma de Tabacalera, que iba a acoger Art Natura y ahora se aprovechará para recibir la sede del Museo Estatal Ruso de San Petersburgo.

Esta oferta ha ido completando a otras actuaciones como el Museo Picasso de Málaga, de iniciativa e inversión andaluza, la propia Casa Natal o el Museo del Patrimonio de Málaga (MUPAM), que actúa como sala de exposiciones temporales.

Sin embargo, las inversiones en habilitar espacios es sólo la primera parte del proyecto. Todos estos museos generan unos costes anuales, que no sólo consisten en el mantenimiento de la actividad, sino también en el canon que reciben los propietarios de los fondos que se exponen.

El CAC Málaga es el que encabeza esta clasificación, siendo el centro cultural más caro de la ciudad. Cada año le cuesta a la ciudad 3,4 millones de euros. A cambio aporta unos 400.000 visitantes anuales, aunque con un cuestionable sistema de control de la asistencia que aconseja poner en duda esos datos.

Le sigue el Museo Thyssen, cuyo presupuesto de 3,1 millones de euros está financiado en dos terceras partes por el Ayuntamiento de Málaga con una aportación de 2,2 millones. El resto corresponde a financiación a través de patrocinios privados o por ingresos de su actividad.

El tercer gran centro cultural de la ciudad es la Casa Natal Fundación Pablo Ruiz Picasso, que con 1,47 millones de euros se ha convertido en un referente internacional en el estudio del pintor malagueño, con una importancia que trasciende sus cifras de visitantes, que ronda las 130.000 personas al año.

El resto de aportaciones del Ayuntamiento de Málaga a museos de la ciudad son menores, rondando entre los 726.000 euros al MUPAM y los 192.000 euros al Museo Interactivo de la Música de Málaga (MIMMA).

El Ayuntamiento de Málaga ha revolucionado el panorama museístico de la ciudad en apenas seis meses. A finales de noviembre anunció el acuerdo para instalar una sede del Centro Pompidou en la ciudad, la primera fuera de Francia. En estos meses ha redactado el proyecto de remodelación de los 6.300 metros cuadrados bajo el Cubo para adaptarlos a este uso con un presupuesto de 5,1 millones de euros.

Apenas unos días después de sacar a contratación estas obras, que estarán para el primer trimestre de 2015, el Ayuntamiento anunció otro gran acuerdo. En esta ocasión con el Museo Estatal Ruso, con sede en San Petersburgo, que cuenta con unos fondos extraordinarios de arte ruso entre los siglos XV y XX, incluyendo las fecundas vanguardias rusas. Este museo ocupará parte del hueco dejado por el fallido intento de Art Natura en Tabacalera.

Estas dos nuevas iniciativas, que en menos de un año deben tener las puertas abiertas, también traen aparejados unos costes. El Centro Pompidou recibirá un millón de euros al año -durante cinco años- a cambio de las piezas. Además, el Ayuntamiento asumirá el mantenimiento del museo y el montaje de las exposiciones temporales, a razón de una al año y que puede rondar entre los 100.000 y 300.000 euros, en función de su importancia.

Pero el Centro Pompidou también incluye un gasto más, que son los 315.000 euros que debe aportar el Consistorio por la ocupación del local situado en la esquina de los muelles 1 y 2, que pertenecen al puerto de Málaga. Esto supone un gasto fijo de 1,3 millones de euros más lo que cueste el mantenimiento y las temporales.

Algo parecido pasa con la delegación del museo ruso, aunque con unos costes menores en el canon, que será de 400.000 euros.

En todo caso, el Ayuntamiento juega con una carta que espera que le reduzca estos costes. El patrocinio de empresas, habitual en los grandes museos, es clave para cofinanciar estos costes. Los intereses comerciales de empresas rusas y francesas en España juegan a favor de esta idea, además del valor de ambas marcas culturales.

En todo caso, el coste de estos dos nuevos museos estará por debajo del CAC Málaga y el Museo Thyssen, negociados en una época de más alegría financiera. O, por poner un ejemplo, de Art Natura, con quien se llegó a acordar el pago de un canon de 1,2 millones de euros al año.

El crecimiento turístico de Málaga ha ido vinculado en los últimos años a un incremento de las plazas hoteleras y la apuesta por segmentos turísticos especializados, como son los cruceros, los idiomas, los congresos y la cultura. Precisamente este último aspecto es el que mueve ya al 70% de los 3,3 millones de visitantes y excursionistas que llegan a la ciudad al año. Eso supone que unos 691 millones de euros de ingresos turísticos se generan gracias a la atracción de la oferta cultural de la ciudad.

Quizá eso explique la explosión museística existente en Málaga. La ciudad, en la última década, ha pasado de 18 museos en su oferta cultural, a una treintena. Cifra, esta última, que seguirá creciendo en 2015 con la apertura del Centro Pompidou, el Museo Estatal Ruso y el Museo de Bellas Artes en la Aduana.

Esta profusión de aperturas de museos, sin embargo, corre el riesgo de saturar la oferta. Por aportar un dato, Málaga, en 2015, contará con un museo por cada 17.000 habitantes, indicativo muy por debajo de la media nacional y de los principales destinos urbanos.