Las calles Hilera, Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo sufrirán una profunda transformación con la construcción del metro. El diseño en superficie en la mayor parte de su trazado de 1,8 kilómetros relegará al tráfico de coches a un papel secundario, en algunos puntos a un único carril de circulación, en favor de un sistema de transporte público más silencioso y que permitirá ampliar las aceras.

El proyecto de trazado, que está en exposición pública, dibuja un nuevo diseño de esos viales con la llegada del metro. La solución mixta -túnel y trazado en superficie- obliga a disponer de un tramo de transición en la calle Hilera, de 130 metros de rampa para que el tranvía salga a la calle a la altura del CEIP Pablo Ruiz Picasso. Ese tramo será el enlace entre el túnel, que da continuidad a la galería de Callejones del Perchel bajo Armengual de la Mota y parte de la calle Hilera, y el trazado en superficie que discurrirá por las calles Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo.

Es en el trazado en superficie donde la afección será mayor, ya que la rampa de salida ocupará la mediana ajardinada de la calle Hilera, minimizando el efecto en la circulación.

El dibujo del tranvía empieza con una plataforma de ocho metros de ancho, con doble vía, por donde discurrirán los trenes. Las 42 catenarias se situarán en el centro, entre las dos vías, reduciendo el impacto visual. Esos ocho metros reducirán el espacio disponible para los coches en Eugenio Gross y Blas de Lezo, que cuentan con una anchura media de 20 metros, incluyendo aceras, aparcamientos y viales de circulación.

La ocupación del tranvía reducirá a unos 12 metros el ancho de la vía, dejando dos viales de circulación (uno por sentido) y aceras de tres metros de ancho en Eugenio Gross, eliminando al menos uno de los actuales viales. En Blas de Lezo supondrá eliminar los aparcamientos y parte del tráfico, ganando además espacio para el peatón.

Estaciones

Sin embargo, habrá puntos más estrechos. Las cuatro estaciones proyectadas ocuparán un ancho que rondará los doce metros, limitando la circulación a un carril, propuesto en dirección al norte, en zonas como en el entorno de los cruces con las calles Andalucía y Cataluña.

En el caso de la calle Santa Elena, la estación prevista ocuparía gran parte de la calle, lo que obligaría además a ampliar su anchura a costa de expropiar una franja de 1,12 metros del CEIP Pablo Ruiz Picasso, que delimita la acera derecha.

El estudio inicial, que podrá recibir las alegaciones del Ayuntamiento y los vecinos, deja abierta además la posibilidad de reurbanizar estas calles con un carril-bici. No obstante, se advierte de que limitaría de forma importante el paso de vehículos por esas calles.

Ruido

Uno de los beneficios más importantes que destaca este proyecto, elaborado por la consultora Proser, es la eliminación de una parte importante de la contaminación acústica actual. Los estudios demuestran que el eje formado por las calles Santa Elena, Eugenio Gross y Blas de Lezo soportan un ruido de entre 60 y 75 decibelios, superándose esa barrera en algunos puntos.

El tráfico es el principal causante de esta contaminación acústica, que prácticamente desaparecería con el tranvía. Este medio de transporte dejaría las emisiones medias de ruido entre los 45 decibelios nocturnos y los 60 de la mayor parte del trazado. Sólo se alcanzarían los 65 decibelios a la salida del túnel.

El estudio señala que el tipo de vía elegido para el tranvía es similar al usado en otras ciudades europeas, con el carril apoyado en una lámina elástica de poliuretano y embutida en bloques de goma sintética que reducen el ruido y las vibraciones por el paso de los trenes.

El trazado incorpora ocho cruces semafóricos para dar prioridad al tranvía sobre los coches. Además, un sistema de cámaras vigilará los puntos más conflictivos.