­Ha habido muchos casos pero la historia estándar suele ser esta: un hombre de más de setenta años que tiene a su cargo a una mujer anciana y enferma de alzheimer o parkinson, o cualquier mal que implique un cuidado intensivo. De repente, un día él acaba con su esposa y luego se suicida. Popularmente se conoce a esta práctica mortal como asesinato por compasión, cuando lo que aflora finalmente, explica la fiscal de Violencia de Género de la comunidad andaluza, Flor de Torres, es que tras ese homicidio u asesinato hay un componente de género, de machismo, que suele salir durante la investigación.

«Hay poca conciencia social sobre los asesinatos de mujeres mayores, son también víctimas de la violencia de género, aunque el componente de género parece a veces mucho menos subrayado. Se han vestido este tipo de casos en algunas ocasiones como asesinatos por compasión, para que no sufran, o se asegura que él atraviesa el síndrome del cuidador, pero hay un claro componente de género», precisa la fiscal.

Realmente, es difícil encontrar el caso de una mujer mayor que acabe con su marido enfermo para que no sufra. O al menos no se han conocido en Málaga. De los cinco asesinatos investigados por la Sección de Flor de Torres en 2013, en dos los autores habían acabado con mujeres mayores enfermas. «Al final, ha sido Violencia de Género la que ha acabado llevando el proceso, porque ese componente siempre sale durante la instrucción», precisa.

Pero hay más. La violencia de género no sólo son asesinatos u homicidios, sino que va desde las amenazas o coacciones hasta las palizas o el control de las redes sociales.

De Torres también lleva la violencia doméstica, es decir, cuando se ejerce fuerza física o verbal contra alguien de la familia en el seno del hogar, puede venir por parte de padres, hermanos o hijos. En muchos casos, una vez más, son las mujeres las víctimas de estos comportamientos. Mujer-Mayor-Vulnerable: ésa es la ecuación. Otra vez hay un componente machista.

«La víctima es siempre o casi siempre una mujer mayor, que asume la rol de cuidadora, con hijos toxicómanos o en paro, y que ha sufrido violencia de género y violencia por parte de sus hijos. En muchos casos, la mujer es victimizada por varios componentes de una unidad familiar», reflexiona De Torres, quien señala «bolsas ocultas de maltrato» en relación a las mujeres mayores, donde el machismo vuelve a hacer acto de aparición. En este caso, se trata de perjudicadas mayores de 60 años.

En 2013, de las 243 diligencias de investigación de la Fiscalía incoadas por violencia doméstica, hubo 25 mujeres mayores de 60 años que han sido víctimas; en 2014, de las 499 diligencias de investigación penal, son 46 las féminas mayores de sesenta años que han sufrido la violencia en casa. Un drama silencioso.