El grupo municipal socialista se reunió el miércoles de la semana pasada con la Asociación El Romeral contra el Ruido para conocer sus principales reclamaciones, después de la reactivación de este colectivo.

La portavoz socialista María Gámez, que estuvo con los vecinos y recorrió los puntos más conflictivos del barrio, aseguró a La Opinión: «Tengo, no la impresión sino la certeza de que El Romeral, desde el punto de vista del ruido está saturado, con independencia de que el Ayuntamiento quiera o no reconocerlo con un instrumento oportuno».

María Gámez hizo referencia a un número considerable de vecinos «que no aguantan ya más» y criticó las medidas adoptadas por el Ayuntamiento: «Ahora mismo el tratamiento es paliativo, no curativo, mandan a la policía puntualmente pero no tratan de prevenir porque no se controlan las terrazas. Sólo se atiende de manera puntual», recalcó. La portavoz socialista anunció para esta semana una rueda de prensa en la que el grupo municipal anunciará medidas de apoyo a las reivindicaciones de la asociación.

La presidenta del colectivo, la abogada Virginia Martín Simino, agradeció el respaldo, «porque lo que necesitamos es que alguien nos dé un impulso público y que este problema salga más allá de lo que es el barrio». La presidenta informó a María Gámez acerca de datos aportados por la policía y el propio Ayuntamiento: «Hay cuarenta y pico establecimientos sin seguro y otros tantos sin licencia para mesas. Esto es algo normal, aquí se cierran y se abren locales como si fueran setas».

Para la responsable de El Romeral contra el Ruido, el equipo de gobierno «ha sacado a relucir el mapa de ruidos, pérgolas que absorben el ruido, fonómetros extraños... y lo que tienen que hacer es aplicar la normativa, la de ocupación de vía pública y la de convivencia ciudadana».

Virginia Martín Simino recordó que el Ayuntamiento «tiene competencia para atajar el desmadre de la ocupación de la vía pública, puede apercibir a bares y restaurantes y si se siguen poniendo, tiene facultad para retirar mesas y sillas».

Sin embargo, precisó, encuentra en la actitud municipal un alto grado de permisividad. «El exceso de mesas y sillas lo cobran todo el año pero las mesas y sillas siguen ahí». La presidenta dijo no entender «qué tipo de sanción es esa, porque a los establecimientos, el tema económico no les duele, salvo que sea un local muy pequeño, porque en esa zona les compensa tener más sillas».

Con respecto a las retiradas de mesas y sillas que el Ayuntamiento llevó a cabo «hace un par de años», aseguró que fue un gesto aislado para quedar bien con los vecinos.