La polvareda mediática levantada una vez más por el obispo de Málaga, Jesús Catalá, por unas supuestas declaraciones contra el matrimonio homosexual vertidas el pasado 11 de abril en el colegio San Estanislao de Kostka, ante 300 alumnos de ESO y Bachillerato de siete centros educativos de la zona de El Palo se han quedado en nada porque un juez ha archivado la causa.

Como publicó este periódico, el prelado optó por reunirse con estos escolares y sus coordinadores de pastoral a la vez, en lugar de ir centro a centro. En el salón de actos del colegio de los jesuitas se dieron cita alumnos de las Teresianas, Madre Asunción, la Asunción, las Esclavas, la Presentación, el SAFA-ICET y los propios de San Estanislao. Allí respondió a varias preguntas, una de ellas relacionada con el matrimonio entre personas del mismo sexo. Ante ello, Catalá sentenció que la actual legislación en España «es la peor del mundo en cuanto al matrimonio».

Alumnos presentes en el encuentro aseguraron entonces a este periódico que cuando abordó el tema Catalá sentenció que el matrimonio homosexual «es una ley inventada por los hombres». También explicó que al referirse en la ley cónyuge A y cónyuge B, sin especificar más, «podría hablarse del matrimonio entre una recién nacida de tres días y un hombre de 70 años o de un hombre y un perro».

Ejemplos que sorprendieron a muchos de los asistentes al encuentro y que provocaron la denuncia del partido político Soberanía, con sede en Murcia, al considerar que estas afirmaciones podrían suponer un «delito de incitación al odio y discriminación contra las parejas matrimoniales monoparentales o de un solo sexo».

En su auto, al que ha tenido acceso La Opinión de Málaga, el juez recuerda que el Obispado ya indicó que estas palabras habían sido sacadas de contexto y que tanto el director del San Estanislao como los de los otros siete colegios presentes en el acto «negaron la versión de los hechos» publicados en la prensa. En toco caso, el titular del Juzgado de Instrucción número 8 de Málaga considera que el obispo se limitó a expresar «su criterio acorde con la doctrina de la Iglesia, esto es: una posición crítica hacia la homosexualidad, lo que se encuentra amparado por la libertad de expresión y libertad religiosa», según se recoge en el auto. Por tanto, no se debe «tratar de criminalizar una mera opinión», así que decreta el sobreseimiento.