­Como si de la época de la fiebre del oro se tratara, Málaga se llenó ayer de buena mañana de numerosos cazafortunas con smartphone en mano. Se recorrieron las calles del centro urbano, se patearon los parques locales, acometieron la subida al Castillo de Gibralfaro y rebuscaron en las papeleras de la Plaza de la Merced con un único fin: encontrar uno de los 14 sobres con 50 euros, que supuestamente había escondido Jason Buzi. El que se hace llamar a sí mismo «el millonario más solidario». Después de Nueva York y Madrid, a Málaga le tocó el turno de albergar la iniciativa Hidden Cash para repartir la friolera cantidad de 700 euros. Llamarse millonario sale barato en tiempos de crisis.

La esperanza de obtener algo de liquidez en mano movilizó a un gran número de personas. Mucha chavalería, para la que 50 euros equivale a una riqueza. También gente mayor. Algunos, aventureros, que se tomaron la acción como una especie de yincana para amenizar un aburrido domingo, en vez de disfrutar de un esplendido día de playa. Pero también los hubo motivados por la miseria. Para los que encontrasen uno de los apreciados sobres equivale a comer cuatro días caliente. Debe ser esa la solidaridad de la que este millonario de Los Ángeles hace bandera.

La organización, a través de la cuenta de twitter de @HiddencashMLG, guía indispensable, para captar las pistas que se van lanzando sobre la ubicación del dinero, dejó bastante que desear. Un tuit a primera hora de la mañana, «ha llegado el momento estad atentos», y después el silencio. La escasa información suministrada por los cabecillas de esta trama de sobres no impidió a la multitud empezar la búsqueda. En muchos casos algo salvaje. Papeleras volcadas y fauna local aplastada bajo los pies de los que intuían sobres en cualquier rincón de la geografía malagueña. De la factura de reponer las plantas pisoteadas ya se ocupará el Ayuntamiento.

A las cuatro de la tarde llegó la primera señal de vida: «España, perdonad, me quedé dormido», acompañada por la pista «Gibralfaro». En Twitter, donde los agraciados supuestamente deberían de subir las fotos con los sobres encontrados, sólo indignación y algunas acusaciones de «estafa». Algo ha conseguido Jason Buzi seguro: hacerse famoso en todo el mundo a precio de saldo.