­Dicen que la experiencia es la mejor de las maestras. Si se juntan 18 personas con un largo recorrido profesional y empresarial en todos los sectores, desde la empresa privada, hasta la banca, y desde administración pública hasta el mundo jurídico, la voz de esa experiencia se convierte en un valor añadido que merece ser escuchado.

Secot (Seniors Españoles para la Cooperación Técnica), es una asociación sin ánimo de lucro que lleva en Málaga desde el año 1994 y está formada por personas jubiladas o prejubiladas que cuentan con un gran bagaje profesional. Ayudar de forma altruista. Sentirse útil y realizado a una edad en los que otros ya sólo están para ver los días pasar. Les gusta llamarlo «envejecimiento activo».

Ofrecer su concimiento en gestión empresarial a quienes lo necesiten. Y son muchos, que en un panorama de crisis económica, ven en el emprendimiento una oportunidad de salir adelante. En las oficinas de Secot lo saben. La afluencia de personas que se acercan en busca de ayuda es cada vez mayor. En China la palabra crisis también signfica oportunidad. «Es verdad eso que dicen. La experiencia que yo tengo me lo ha demostrado muchas veces», afirma Francisco Carvajal, presidente de la Delegación de Málaga de Secot. Más de 25 años al frente de la empresa privada en el sector de la hostelería le avalan. Jubilado, con 70 años, pero transmitiendo la ilusión de un novato que ve nacer su primer negocio, Carvajal explica que hay dos grandes grupos en los que se puede dividir las personas que acuden a las oficinas de Secot (se encuentran en la antigua Cámara de Comercio): «Están los jóvenes, que acaban de terminar sus estudios universitarios, y que de alguna manera buscan en el emprendimiento la oportunidad de iniciarse en la vida laboral. Tienen una idea de negocio en mente, creen que es posible llevarlo a cabo, y para ello nos piden asesoramiento. Luego hay otro grupo importante que lo vemos con mucha frecuencia. Personas mayores de 40 a 50 años, que por desgracia, han perdido su empleo».

Emprendedores por necesidad

No saben lo que es la asunción de riesgos, porque nunca han tenido la necesidad. Nunca, hasta ahora. Eran asalariados que dormían tranquilos por las noches, esperando su sueldo cada fin de mes. Ahora, desempleados, son demasiado viejos para encontrar trabajo, y excesivamente jóvenes para dejar de hacerlo. La desesperación les lleva a ir a por un negocio de manera forzada. La última esperanza para reconducir vidas, muchas veces también, familias enteras. ¿Qué ocurre? Empujados por las circunstancias, gastan los ahorros de una vida en montar un negocio con premura. Sin el entusiasmo necesario, sin el espíritu empresarial de quien está dispuesto a dormir cuatro horas diarias por su empresa, estos proyectos están condenados a fracasar. «Cuando montas un negocio, tienes que sentir pasión por tu idea. Creer ciegamente en ella», comenta Francisco Carvajal. Y aquí Secot también ayuda. La clave, decir «no». Detectar la escasa o nula viabilidad de un proyecto y evitar frustraciones mayores.

La visita a Secot puede ser un buen paso previo, antes de triunfar. Ellos no piden nada a cambio.