­Málaga y su provincia consolidan su posición de privilegio como destino predilecto por los jóvenes extranjeros para perfeccionar su español, junto a Salamanca, Madrid y Barcelona. De hecho, la capital se sitúa en la vanguardia del turismo idiomático de España. Más de 400.000 estudiantes han pasado por la ciudad en la última década, según datos del Instituto Cervantes. Y el verano es la época propia. En los meses estiviales se cuadruplica la presencia de estos jóvenes en la ciudad, que aprovechan sus vacaciones para viajar.

A lo largo del año son fundamentalmente universitarios con una beca Erasmus los que eligen la Universidad de Málaga para completar su formación (755 el pasado curso, según la información facilitada por la UMA). Pero en las vacaciones los que llegan a Málaga lo hacen de forma particular y pagándose ellos mismos el desplazamiento, la estancia y los cursos en alguna de las numerosas academiasde español para extranjeros asociadas a la Federación de Escuelas de Español (Fedele).

José Ramón Rodríguez, director académico de Enforex, una de las más veeranas y de mayor prestigio de la ciudad, explica que el número de visitantes se ha mantenido en los últimos años, aunque sí se ha podido apreciar una importante reducción en el tiempo de las estancias. Motivos económicos, seguramente. Pero no los únicos. La errupción de los vuelos low cost también influye, ya que permite hacer viajes de más corta duración.

También está cambiando la procedencia de los estudiantes. Si bien se mantienen los mercados tradicionales, como Inglaterra, Francia, Alemania o Italia, cada vez son más numerosos los alumnos que llegan de países europeos emergentes, como Rusia, Turquía, Polonia, República Checa o Eslovaquia. También vienen cada vez más asiáticos, sobre todo de China, con estancias que pueden llegar a prolongarse durante un año, «debido a la compleja documentación que tienen que preparar para poder salir de su país y que requiere además estudiar algún título de postgrado», señala Rodríguez. Y en las escuelas de Marbella, cada vez son más numerosos los alumnos de Arabia Saudí.

El precio de cada curso varía en función de la duración y de la intensidad. Así, un curso intensivo de una semana cueta unos 180 euros y 1.280 euros si se prolonga durante ocho semanas. Si el curso es súper intensivo el valor aumenta a los 300 euros, por las clases durante siete días y los 1.800 si es de ocho semanas de duración, a lo que habría que sumar 200 euros por cada semana adicional.

La gran mayoría de los alumnos que viajan hasta Málaga lo hacen sin beca ni ayuda. No son pocos los que optan por alojarse con una familia, «por lo que el proceso de inmersión lingüística y cultural es aún mayor», sostenie Rodríguez. Otros prefieren compartir pisos, reservar hotel o vivir en residencias.

El interés por estudiar español se ha disparado en los últimos años. En Alemania, por ejemplo, es la segunda lengua extranjera en importancia, detrás del inglés. Es un idioma de futuro y se tendrá muy en cuentan en los negocios, precisamente porque las economías emergentes están situadas en Iberoamérica y allí se habla español. El castellano es además la tercera lengua con más usuarios en internet. Un escenario muy favorable, en todos los sentidos, que hace que cada vez sean más quienes estén muestren su interés por hablar la lengua de Cervantes. Y por obtener un certificado académico que acredite su dominio. Las escuelas malagueñas se ajustan al marco europeo de referencia y al final del curso, emiten un documento con el tipo de curso que el alumno ha realizado, las horas de clase y el nivel de entrada y de salida adquirido.

También son cada vez más los alumnos que llegan a Málaga para sacarse el diploma de español como lengua extranjera (DELE), que ha tenido que aumentar a cinco el número de convocatorias anuales. Las pruebas se pueden hacer en cualquier país del mundo donde exista una sede del Instituto Cervantes, «pero cada vez el porcentaje de alumnos que llegan a Málaga para preparase es mayor», concluye Rodríguez.

«Andalucía es imagen de España fuera»

Málaga ofrece muchos atractivos a los alumnos extranjeros que deciden viajar a España para perfeccionar su dominio del español. En primero lugar, «porque Andalucía es la imagen de España en muchas partes del mundo», según explica José Ramón Rodríguez, director académico de Enforex, escuela situada en la avenida Juan Sebastián Elcano. También, y como es lógico, por el buen tiempo y por la playa. No son sólo jovenes los que hacen las maletas y llegan a Málaga. También hay cada vez más jubilados. Y grupos de escolares de alumnos más pequeños, que disfrutan de campamentos de verano.