Alberto Peláez es presidente de Hogar Abierto. Se trata de una entidad creada el 21 de enero de 1998 por la Consejería de Asuntos Sociales. En ella prestan apoyo a casi un millar de menores que necesitan un periodo de acogida. En algunos casos esos menores son llevados a centros, pero Hogar Abierto trata de encontrarles una familia en las que poder ayudar mejor al menor.

¿Cuáles son las funciones que desempeña Hogar Abierto?

Nosotros somos un entidad habilitada y/o dependiente de la Junta de Andalucía. La función principal que realizamos es la de captar a las familias acogedoras, elegir a la familia correcta. Una vez las tenemos en nuestra cartera les damos cursos de formación y les hacemos un seguimiento cuando ya tienen a los menores.

¿Todas las familias son idóneas para tener un menor en acogida?

Claro que no, aunque eso es lo que nos gustaría. Tenemos firmado un protocolo en el que pedimos a las familias una gran cantidad de información. Les solicitamos informes de su situación económica, familiar y un certificado de antecedentes penales, entre otros documentos. También existen casos de familias que se autodescartan en el proceso, ya sea porque llegan con una motivación equivocada o por una falta de información sobre el tema. Desde Hogar Abierto agradecemos que se descarten ya que nos da una mayor seguridad de estabilidad para los niños que damos en acogida. Al buscar un grupo familiar que preste ayuda al menor no podemos admitir a familias que no puedan pasar el tiempo suficiente con los menores. No sólo se trata de salvar al niño de una situación complicada, también hay que darle un oportunidad, no por estar mal en su familia se puede restar importancia a tener a un menor en acogida.

¿Las familias hacen esta labor de manera altruista?

Sí, las familias de nuestro programa lo hacen por solidaridad. Hace ya algún tiempo se publicó una regulación para retribuir el acogimiento en el que se atendía a gastos médicos especiales. Es cierto que en Andalucía se ha retribuido muy poco el acogimiento, en otros comunidades sí se ha compensado más. Existe una problemática al respecto: Por un lado están los que al obtener una compensación se ven en la obligación moral de mantener una obligación con la administración y por otro lado está los que piensan que es una muestra de solidaridad. En todo caso la compensación que puedan tener será muy inferior a la que sería necesaria.

¿Málaga es una ciudad que se presta a este tipo de prácticas de acogida?

Los malagueños tenemos una gran cantidad de defectos, pero sí tengo claro que somos muy solidarios. Somos muy abiertos. Pero nosotros tratamos de romper la barrera de que las personas proyectan sus propios miedos en los niños. Hay que entender que el acogimiento es muy bueno, es sólo un eslabón más en la cadena.

¿Se han dado casos de familias que han terminado adoptando a los menores?

Es uno de los problemas de los que hablaba cuando las familias se autodescartan a su llegada a nosotros. Muchos se piensan que es un registro de adoptantes y cuando se enteran de la realidad se descartan. Pero sí, en algún caso se ha producido una adopción por parte de la familia de acogida. En Hogar Abierto no entendemos la familia como un trámite legal, es por ello por lo que incluso después de terminar la etapa de acogida esos menores han seguido viendo a su familia de acogida. En algunos casos también se establecen lazos de amistad entre estos y los padres biológicos de los menores, ya que se conocen en los encuentros que les organizamos. Tratamos de que no vean a la familia de acogida como un sustituto. Normalmente evitamos que se conozcan, pero hay veces que son ellos mismos los que nos lo piden.