Con las manos en la masa. Los escoltas del alcalde de Málaga detuvieron ayer al mediodía, en el Mercado de Atarazanas, a una mujer, que atiende a las iniciales C. R. F., que había intentado robarle el móvil a la concejala de Promoción Empresarial, Ana Navarro. Ésta se percató del hurto y facilitó que fuera apresada la presunta autora, a la que se le decomisó otro móvil del que desconocía el PIN y el número y se sospecha que era producto de otro robo.

Este fue el final de un suceso que comenzó cuando el alcalde, Francisco de la Torre, llegó acompañado de cinco concejales al Mercado de la Merced. La convocatoria era el Gazpacho Day, una iniciativa de Málaga Sana que busca promocionar esta bebida entre el público vendiendo los packs de ingredientes ya preparados para su elaboración.

El grupo del alcalde empieza a visitar los puestos y una mujer con un pantalón de chándal y una camiseta se acerca al grupo. Comienza a hablar con la concejala del Centro, Gemma del Corral, que le explica qué están haciendo allí y le invita a un vaso de gazpacho. Enseguida la mujer pega hebra con la edil, a la que pide ayuda para desbloquear su móvil.

Del Corral llama a Mario Cortés, portavoz municipal del PP y concejal de Nuevas Tecnologías, para que le eche una mano. Insiste en que no se acuerda ni del PIN para desbloquear el móvil y ni del número de teléfono. Cara de extrañeza de Cortés.

C. R. F. insiste en revolotear alrededor del grupo. Se acerca al alcalde, le abraza, habla de nuevo con Gemma del Corral, se sitúa tras Ana Navarro, casi en primera fila del cortejo municipal en pleno Mercado de Atarazanas. Hay saludos, abrazos, conversaciones cruzadas... bulla. Sigue dando vueltas. Diez minutos después el alcalde sale a la calle para atender a los medios de comunicación, seguido del resto de concejales. Al poco aparece Ana Navarro a la que le falta el móvil y señala a la mujer que lleva dándole vueltas al grupo. Los escoltas del alcalde la retienen. Ella lo niega. Ana Navarro le señala al bolsillo del pantalón del chándal, donde se aprecia la forma cuadrada de un móvil. «Es una caja», se defiende. La cachean y aparece el móvil de la concejala y otro más. El que intentaba desbloquear minutos antes y del que se sospecha que es robado.

La mujer termina siendo detenida y se le imputa un delito de falta de hurto por el robo del móvil de la concejala, aunque se investiga la procedencia del otro teléfono que se le encontró. Si se demuestra que es robado superaría los 400 € de material robado y pasaría a ser un delito.

Tras el susto y la rápida intervención de los escoltas, la normalidad vuelve a su cauce. Eso sí, todos los que iban en el grupo dentro de Atarazanas se palparon los bolsillos. Por si acaso.