«Madre a los treinta». Esta frase representa la situación actual en la provincia de Málaga. Cada vez se retrasa más el momento en el que las mujeres deciden dar a luz por primera vez. En el pasado año 2013, la edad media de las madres primerizas estuvo en 31,31 años. Las madres malagueñas son cada vez mayores. Las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) para la última década indican esta tendencia. La edad para el primer embarazo ha ido en continuo aumento desde el año 2002.

Las razones son múltiples: por un lado está la incorporación plena de la mujer al mercado laboral, que ha ido relevando continuamente al rol tradicional de ama de casa. Luego está la crisis económica que tampoco ha creado el clima más propicio para tener descendencia. A esta manifiesta maternidad tardía, hay que sumarle otro fenómeno que se está observando claramente en los últimos años: la baja natalidad. Los niños son el futuro y cada vez son menos. La cantidad de nacimientos registrados en la provincia para el año 2013 fue de 15.440, lo que significa un descenso de más de mil nacimientos comparado con el año 2012. La natalidad está en uno de sus puntos históricos más bajos. La ausencia de verdaderas políticas familiares no ha hecho más que intensificar el problema. Hay que remontarse una década atrás para ver cifras parecidas. En el año 2002, la provincia registró unos 14.664 recién nacidos. Lo que ocurre en Málaga es el reflejo de un problema estatal. En España nacen menos niños. La natalidad se encuentra en una clara tendencia decreciente desde el año 2008. Salvo en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, el número de nacimientos se redujo en todas las comunidades autónomas. Los territorios en los que más se pronunció esta reducción fueron Canarias y Navarra, con un decrecimiento del 15,8% y un 11% con respecto al año anterior. Esta tendencia a la baja también la reflejan los números para Málaga. Si en el 2008 nacieron 19.015, la cifra cayó en picado al año siguiente, coincidiendo ya con el apogeo de la crisis económica. El reducido número de hijos por mujer (1,35) es prueba de que tener varios hijos no está al alcance de todos los bolsillos. La época del llamado «baby boom» pertenece ya al olvido.

Envejecimiento de la población España se está convirtiendo en la residencia de Europa. A la reducida natalidad, hay que sumarle una expectativa de vida cada vez más elevada. Con una generación entera de jóvenes emigrando del país, la falta del relevo generacional pone en riesgo el actual sistema de bienestar, que está basado en una población activa que se preve cada vez más reducida.