El Cortijo de Torres está inmerso en una amplia labor para reconstruir lo que durante ocho días será el Real de la Feria. El recinto se llena de operarios del Ayuntamiento y peñistas que, soportando las altas temperaturas, dan las últimas pinceladas de color a las casetas para que estén listas para el inicio de la Feria. Porque detrás de más de una semana de Feria hay mucho trabajo: carpintería, reformas, pintura, instalaciones eléctricas y una casi infinita lista de tareas pendientes para que el Real luzca como cada año, o mejor.

Si el pasado año las quejas se centraban en el retraso que sufría la edición de 2013 de la Feria, este año parece que ya se ha arreglado. Los responsables de las caseta alegaban que ninguno de los días del programa oficial era festivo y que el retraso en la fecha de la misma podía afectar a los ingresos ya que la gente llega a la Feria a final de mes.

Con anterioridad se venían produciendo robos en las casetas el resto de semanas en las que no había movimiento en el Cortijo de Torres, ya que se suprimió la vigilancia privada, pero en 2014 ya se ha puesto remedio a este problema que afectaba a todos. El vicepresidente de la caseta de la Peña Los Corazones, Juan Palomeque, asegura que el mejor método para evitar robos es copiar lo que ellos hicieron cuando terminó la Feria 2013. «Nosotros al terminar dejamos la caseta vacía ya que el pasado año nos robaron», cuenta. Aunque el responsable de esta peña, que cuenta con más de 150 socios, aclara que este año ya sí se ha puesto un vigilante privado con la misión de salvaguardar los enseres que tanto le cuesta a las asociaciones adquirir y tan fácil les resulta a algunos de robar. Este año la zona de casetas está rodeada por un vallado que dificultaba su acceso a cualquier persona ajena.

Bebida, comida y fiesta Música y buen ambiente, acompañados de una oferta gastronómica típica de la zona y bebida bien fría, serán requisitos indispensables para disfrutar esta Feria de Málaga. Antonio Cerrudo, presidente de la Peña de Telefónica, una de las que más solera tiene en el Real, asegura que año tras año intentan mejorar. «Este año estrenamos unos toldos que se pueden quitar durante el día para que entre la luz», cuenta. En pasados años también instalaron diversas construcciones de obra que le dan un mayor aire de importancia a la peña. Además, en esta edición estrenan unos cuadros que recrean el pasado de la compañía con la característica telefonista uniendo el hilo telefónico a través de una centralita.

Cerrudo cuenta las novedades de este año mientras un operario de Ayuntamiento coloca en la caseta la toma de luz para que todos los socios puedan disfrutar al máximo de las fiestas de la ciudad. El Consistorio ha instalado en el Cortijo de Torres un total de 900.000 puntos de luz para iluminar el Real de la feria, el 99% de ellos de tecnología LED.

Los preparativos y el desmontaje de la Feria son una parte esencial del festejo poco agradecida para los trabajadores, puesto que el gran público no la ve. En la mayoría de las peñas son no más de cinco miembros los que limpian, pintan, montan y, en definitiva, visten de gala cada módulo disponible para que el resto del público pueda disfrutar de la Feria.

«No es sólo montarla, hay que buscar dinero, preocuparse de que todo salga bien, arreglar los papeles, y un gran número de cosas», remarca Cerrudo, al igual que Palomeque, que agradece a todos los miembros de su peña que llevan desde los primeros días de julio para dejar listas todas las paredes que decoran su caseta. «Por primera vez en mucho tiempo tenemos montada la caseta con tiempo suficiente para el comienzo de la Feria», afirma.

La caseta de la Federación malagueña de Peñas lleva sólo quince días con cuatro personas por día en la preparación pero sus responsables esperan que todo su montaje se encuentre listo para el día de la inauguración, ya que «al ser una caseta de protocolo estamos abiertos y cada noche nos visitan más de 500 personas y tenemos una gran cantidad de actos institucionales», asegura su responsable, Francisco Oliver.

Alternativa de futuro Pero no todo es jarana y refrigerios bajando por la garganta durante los días festivos. En el calor del montaje de las instalaciones surgen conversaciones e ideas para un futuro más próspero para las peñas. Uno de los peñistas de la caseta de Telefónica le propone a su presidente, Antonio Cerrudo, mantener abierta la caseta durante todo el año y traspasar su sede al recinto ferial. Pero aquí entra en escena otro problema. Como ya se ha dicho, durante el año se mantienen vallas cerrando el Real de la Feria y sólo una caseta abierta en el Cortijo de Torres «quedaría muy aislada del resto», aventura Cerrudo. Las alternativas pasan por alquilar el local para celebraciones y así amortizar los gastos anuales del mismo.

Mientras tanto, los peñistas seguirán aportando su esfuerzo y sudor para que el resto de compañeros puedan disfrutar de una semana de feria completa y que todo sea fiesta y buenos ratos entre refrigerios. Aunque no está de más que el resto de peñistas sepan apreciar el buen trabajo que hacen sus compañeros de manera altruista en el montaje de las casetas. Muchas todavía se encuentran en un mero esqueleto, pero en otras se respira ya aroma de Feria.