Las exportaciones en Málaga se han desmarcado de la tónica de estancamiento o ligero retroceso observados en el primer semestre de 2014 en el conjunto de España y de Andalucía (+0,5% y -2,7% respectivamente) y continúan a ritmo de récord, tras cerrar la primera parte del año con un incremento de casi el 24% sobre el mismo periodo del año anterior. En total, la provincia ha exportado entre enero y junio un total de 773,5 millones de euros, según los datos de la Agencia Andaluza de Comercio Exterior (Extenda), lo que permite hacer una proyección final para el ejercicio en torno a los 1.550 millones, una cifra que supondría un nuevo récord para Málaga, dejando atrás los cerca de 1.500 millones que se alcanzaron en 2011 en ventas al exterior.

Una de las sombras que planean sobre las cifras exportadoras españolas es el veto ruso a los productos europeos, aunque en el caso de Málaga la incidencia no parece que vaya a ser excesivamente significativa. Las exportaciones malagueñas a Rusia han crecido en los últimos años pero sólo representan alrededor del 2,5% del total. Los productos que pueden verse más afectados son hortalizas como el tomate, el pepino y la berenjena además del sector de los cítricos, según comenta la asociación agraria Asaja, pero siempre hablando de cantidades muy pequeñas. Provincias andaluzas como Almería, Sevilla y Huelva sí podrían verse más afectadas.

Los expertos sostienen que si algo bueno deja la crisis es la obligada apuesta de las empresas por las exportaciones, tras haberse desplomado el consumo interno. Esa dinámica ha permitido que el número de firmas de la provincia que comercian con el exterior haya subido un 70% entre los años 2008 y 2013, pasando de 2.707 a casi 4.600, según las cifras de la agencia andaluza Extenda. El aumento es muy sensible aunque el problema es que siguen siendo muy pocas las empresas que exportan de forma regular y significativa. Si se excluyen operaciones meramente puntuales, los datos de Extenda arrojan que sólo 685 empresas en Málaga se dedican al comercio exterior de manera continua, es decir, como estrategia de negocio. Este núcleo de empresas es la responsable de más del 80% de las exportaciones malagueñas, lo que deja bien claro que el resto de compañías, pese a que todas las operaciones de comercio exterior son valiosos, se mueve en números muy pequeños.

Además, y teniendo en cuenta que en Málaga hay en el entorno de unas 50.000 empresas dadas de alta en la Seguridad Social, el porcentaje de internacionalización real resulta mínimo: apenas del 1,2%. La tasa es aún más pobre (0,6%) respecto a las más de 100.000 actividades comerciales -aquí se incluyen también sociedades mercantiles- que la Cámara de Comercio computa en la provincia. El organismo cameral apuntad que el número de exportadores regulares debería estar en torno al ??? del empresariado de la provincia.

Pese a todo, hay optimismo en cuanto a la evolución de las exportaciones, sobre todo después de que hace un par de meses el Banco Central Europeo (BCE) sacara toda su artillería pesada con medidas encaminadas a inyectar liquidez al sistema producto y combatir el riesgo de deflación, para de paso debilitar el euro y dar, un nuevo impulso a las exportaciones comunitarias. El vicedecano del Colegio de Economistas de Málaga y presidente de la escuela de negocio Esesa, Antonio Pedraza, comentó por entonces que los buenos datos exportadores son aún más necesarios ahora que la demanda interna muestra síntomas «incipientes» de recuperación que han hecho también incrementar las importaciones un 16%, algo que no ocurría desde 2011.

Superávit comercial

Los economistas animan a seguir redoblando el esfuerzo exportador para mantener la balanza comercial en superávit. De hecho, Málaga ha sufrido tradicionalmente un déficit endémico en su balanza, que alcanzó un récord negativo de 950 millones en 2007, en pleno auge de consumo. En aquel año, Málaga importó mercancías por valor de 1.924 millones y exportó productos por tan sólo 980.

La crisis y el desplome del consumo interno, sin embargo, obligaron a las empresas a lanzarse al mercado exterior. De 2007 a 2013 las exportaciones han subido un 45% y las importaciones se han reducido casi un 40%. El resultado es que en 2013 hubo un superávit de 215 millones, con 1.420 en ventas al exterior y sólo 1.205 en importaciones. Y en este 2014, el saldo comercial asciende ya a 133,1 millones, lo que supone un aumento del 74,3% en relación al año anterior.