­El pequeño Ashya King, que había sido sacado el pasado jueves por sus padres del hospital de Southampton, donde se encontraba en tratamiento por un tumor cerebral, ya se encuentra estable en el Hospital Materno Infantil de Málaga y está siendo atendido por el correspondiente personal médico. Sus padres fueron detenidos en Benajarafe y declaran esta mañana en la Audiencia Nacional por haber sacado a su hijo de Inglaterra, donde estaba recibiendo un tratamiento de radio y quimioterapia contra el cáncer cerebral que padece.

Su hijo era un paciente de larga duración en el hospital de Southampton y podía abandonar las instalaciones hospitalarias bajo la supervisión de sus padres. Cuando la ausencia se hizo demasiado larga, el propio hospital avisó a la policía británica. La Interpol emitió una orden de búsqueda internacional. El niño fue encontrado el pasado sábado, junto a sus padres y el resto de los cinco hijos que tiene esta pareja, que pertenece a los Testigos de Jehová.

Lo que en un principio pareció un acto de pura irresponsabilidad de los padres, puede que no sea más que un grito desesperado por salvarle la vida al pequeño. Anoche decidieron subir un vídeo a YouTube, al ver que la foto de su pequeño salía en todos los medios nacionales y en los tabloides de la prensa inglesa. En el vídeo aparece el padre de 51 años, Brett King, afirmando que no han actuado de «forma irresponsable», y que, dentro de la gravedad lógica de su enfermedad, su hijo se «encontraba feliz» y que «no dejaba de sonreír». La grabación es también una denuncia abierta contra el sistema de sanidad británico, el National Health Service (NHS). Según el padre, el equivalente a la Seguridad Española se niega proporcionarle el tratamiento adecuado que requiere su hijo para que pueda vencer el cáncer.

En la actualidad, estaba recibiendo radioterapia y quimioterapia. Esto le estaría dejando cada vez más débil, sin que sirviera para reprimir el cáncer. «Al final, nuestro hijo apenas podía andar ni hablar, cada vez que salía de una sesión. Los rayos atravesaban su cerebro, sin hacerle nada al tumor, pero destrozaban todo lo demás por su paso», afirmaron ayer los padres, que ven en tanta radiología la muerte asegurada de su hijo. Esta pareja piensa en el tratamiento con haz de protones como única manera de salvarle la vida al pequeño Ashya. Aseguran que no volverán a Inglaterra, hasta que se le garantice esta medicación. Aquí aparece la controversia. Este tratamiento, que en Andalucía está cubierto por la Seguridad Social, cuesta en Inglaterra unas 100.000 libras esterlinas. Lo que la prensa británica no tardó de tachar inmediatamente de «negligencia», puede que sea un acto por buscar en las bondades del sistema sanitario español, lo que en Inglaterra se le está negando a este niño enfermo de cáncer.

En estos momentos, el viaje ha servido de poco. Ashya está recibiendo el mismo tratamiento que en Southampton. Los médicos están siguiendo las indicaciones de sus colegas británicos.

Llegaron a Marbella y fueron detenidos en un hostal de Benajarafe

La localidad de Benajarafe se vio sorprendida el sábado por la tarde con la detención de la pareja, mientras sus hijos -dos de ellos mayores de edad-, además del pequeño Ashya asistían impotentes al suceso. La familia, que es Testigo de Jehová y rechaza las transfusiones sanguíneas, salió el viernes de Inglaterra y llegó ayer a Marbella, donde los King tienen negocios inmobiliarios. Se dirigieron a Casares, donde tienen una casa, pero se percataron de que había vigilancia policial, por lo que decidieron marcharse a la zona oriental de la Costa del Sol. Llegaron a Benajarafe y reservaron dos habitaciones dobles en el Hostal La Esperanza, aunque ése fue el comienzo del fin de su aventura. El hombre que se encontraba en la recepción, alertado por los anuncios de búsqueda en los medios, avisó a la Policía, que pocos minutos después se plantó en el lugar de los hechos para detener a los padres.

100.000 £: El coste de tratamiento que reclaman los padres para Ashya

La terapia de protones utiliza un haz de partículas especiales llamadas protones. Los médicos pueden dirigir mejor los haces hacia un tumor, de tal manera que se dañe menos tejido.