Málaga ha recibido esta mañana al crucero más grande del mundo, el Oasis of the Seas, que hará su primera escala en la ciudad procedente de Fort Lauderdale (Miami), después de terminar su temporada en el Caribe. Pero decir que es el más grande puede parecer una afirmación vacía si no se acompaña de algunos datos. Por ejemplo, llega con 6.300 pasajeros y 2.300 tripulantes, unas cifras que equivalen a la población de Archidona.

El barco ha llegado a Málaga sobre las 8.00 horas y permanecerá en el puerto hasta las 20.00 horas, tiempo en el que gran parte del pasaje y de la tripulación aprovecharán para visitar la ciudad, con un impacto económico estimado que rondará los 400.000 euros en una única jornada. A esto se le unirá el aprovisionamiento de comida y materiales, tras realizar una larga travesía desde las Bahamas y antes de dirigirse a Barcelona, donde tendrá su base este mes para realizar varios trayectos por el Mediterráneo.

Esta escala, además, muestra la renovada confianza de la Royal Caribbean, la naviera del Oasis of the Seas, por Málaga. La llegada de este barco es una de las más demandadas entre los puertos crucerísticos, tanto por su tamaño, como por su atractivo promocional y prestigio que ofrece dentro del sector.

Esta, además, no será la única visita del Oasis of the Seas a Málaga, ya que volverá el 25 de septiembre antes de dirigirse a Rotterdam y preparar su vuelta al Caribe.

Grandísimo, espectacular e increíble han sido algunos de los calificativos que los ciudadanos han empleado para describir a este crucero, que zarpó de Fort Lauderdale (Miami) el pasado 1 de septiembre y cuyos pasajeros no han tocado tierra en seis días, algo que, según la directora general de Royal Caribbean en España y Francia, Belén Wangüemert, no hace mella en el pasaje puesto que en el barco encuentran "todo lo que necesitan".

"Tiene de todo, es un barco para disfrutarlo", ha recalcado. Desde múltiples piscinas hasta dos simuladores de surf, hidromasajes, una tirolina, un solarium, clubes nocturnos, salones de jazz y blues en vivo, un espacio para actuaciones, un teatro de 2.000 butacas, el mayor casino de alta mar; un "barrio joven" con áreas temáticas de juegos; restaurantes, un teatro acuático al aire libre con espectáculos, un tiovivo hecho a mano, un bar que se desplaza entre tres cubiertas y un parque con más de 12.000 plantas naturales, entre otras opciones.

Con un peso de 225.000 toneladas y 361 metros de eslora, su llegada al puerto de Málaga ha transcurrido con total normalidad, según ha trasladado el capitán del buque a las autoridades. La logística ha funcionado "estupendamente", ha puntualizado Wangüemert, quien ha recalcado que se trata de un barco "sorprendente que permite presentar otro tipo de vacaciones a los españoles y europeos".

La operativa no ha sido complicada pero sí novedosa al ser la primera vez que viene a Europa desde el Caribe, donde lleva cinco años operando. "Tienen experiencia y no se ha improvisado nada", ha señalado la dirigente de la naviera, quien ha añadido que también hay una "colaboración muy estrecha" con el puerto de Málaga y los consignatarios.

De este barco, que tiene 2.706 camarotes y 28 suites, pueden disfrutar familias, parejas o amigos. Cuenta con rincones para todos y también de privacidad; incluso, el flujo de personas para evitar aglomeraciones, teniendo en cuenta que su capacidad es para 6.360 pasajeros y 2.394 tripulantes, está "muy trabajado".

"Es una experiencia muy distinta y una oportunidad espléndida para poder enseñar una experiencia de vacaciones totalmente distinta", ha especificado, al tiempo que ha recordado que el próximo año el gemelo del Oasis, el Allure of the Seas, tendrá el puerto de Barcelona como base, estando previstas dos escalas en Málaga. Dicho barco realizará por primera vez una temporada completa en el Mediterráneo, con cruceros de siete noches que harán escala en los principales puertos.

La llegada a Europa del Oasis of the Seas es una novedad no sólo para España sino para todo el continente europeo y su acogida ha sido "un éxito". En Málaga, donde se han programado actividades con motivo de esta visita, han embarcado pasajeros y también lo harán en la próxima parada que hará en la ciudad, el 25 de este mes, antes de pasar por Vigo, ciudad a la que volverá a mediados de octubre, de vuelta ya hacia el Caribe.

Tras partir este jueves hacia Barcelona, realizará dos cruceros de cinco noches por el Mediterráneo, visitando Civitavecchia (Roma) y Nápoles-Capri. Además, hay un tercer crucero, más largo, con destino final en Rotterdam.

Aunque la mayoría del pasaje es americano, también hay europeos y, según Wangüemert, "si hacemos la media de pasajeros españoles, entre los dos cruceros hay un 20 por ciento que es un número importante".