La medicina hiperbárica u oxigenoterapia es una especialidad médica que sirve para tratar con oxígeno a altas presiones en cámaras hiperbáricas a pacientes. Sin embargo, el sistema sanitario público español no dispone en la actualidad de este tratamiento. Este tipo de terapias ayudan especialmente a pacientes en situaciones complicadas, como los que padecen gangrena en alguno de sus miembros, han resultado intoxicados por monóxido de carbono o han tenido algún accidente subacuático.

Pero esta rama de la ciencia no sólo está indicada para la problemática antes mencionada, sino que también se aconseja para pacientes con pie diabético, úlceras crónicas o lesiones radioinducidas. Además, está especialmente recomendada para que los deportistas mejoren su rendimiento y para la recuperación de lesiones.

Desde el jueves y hasta hoy, Estepona ha celebrado el primer Congreso de Medicina Hiperbárica HMCE, donde varios expertos internacionales han expuesto las últimas novedades de esta ciencia y han hablado de las bondades terapéuticas de la oxigenoterapia.

El doctor Rafael Sánchez, organizador de las jornadas, insiste en que la medicina hiperbárica no es una medicina alternativa, sino que tiene todos los parabienes de las sociedades científicas. «Usamos oxígeno a alta presión, deja de ser un gas para convertirse en un medicamento con efecto terapéutico», señala.

Para ello se emplean las cámaras hiperbáricas, donde el paciente respira oxígeno al 100% a mayor presión que la atmosférica, entre 1,4 a 3 atmósferas absolutas, lo que equivale a la presión que se soporta en el agua a una profundidad de entre 5 y 20 metros.

Al elevarse el nivel de oxígeno y la presión a la que lo reciben las células sanguíneas, los tejidos blandos del cuerpo humano reciben una carga extra de oxígeno a través de la sangre, por lo que este aporte extra de oxígeno ayuda a las células a regenerarse en menor tiempo y por tanto a una mayor y más pronta recuperación.

El doctor Sánchez reconoce que los beneficios son amplísimos y, en el caso de dolencias como gangrena, supone una recuperación del 100%. No obstante, admite que el uso de estos tratamientos aún depende, en gran medida, de los propios médicos, pues los beneficios de esta ciencia aún son un tanto desconocidos para parte de la sociedad científica. Por eso, señala que el principal reto de la medicina hiperbárica es darla a conocer y que los doctores receten estos tratamientos a sus pacientes. Aunque la medicina pública no ofrece estos costosos tratamientos, sí convenia ocasionalmente terapias para pacientes específicos. Muchos se lo pagan de su bolsillo.