­ Los vecinos del entorno del parque canino de Olletas han pedido al Ayuntamiento que lo traslade de sitio y proponen dos opciones: el parque del Agua y el Parque de San Miguel, en el entorno.

«No podemos descansar, se usa todos los días del año, incluso el 1 de enero, cuando en teoría la gente se levanta más tarde», cuenta Daniel Pérez, portavoz vecinal, que describe los problemas que hay en los bloques cercanos al parque -que abrió en la primavera del año pasado- a causa de los constantes ladridos.

Daniel Pérez quiso dejar claro que los vecinos «no tenemos nada contra los perros ni sus dueños» y responsabilizó del problema al Ayuntamiento, «por haber escogido este sitio». «Un parque canino en el centro de Málaga no es el sitio», destacó el portavoz, que enumeró varios ejemplos de vecinos con problemas para poder llevar una vida normal: niños estudiando en el pasillo y recién nacidos a los que sus padres han tenido que cambiar de habitación para que puedan dormir.

Junto con los ladridos, Daniel Pérez resaltó el «mal olor» que impregna el parque canino todo el día. «Pedimos incluso a Limasa que no riegue por las mañanas, del mal olor», destaca, al tiempo que consideró inexplicable que las papeleras del parque puedan estar repletas de excrementos, «y si los dejas el viernes, no los limpian hasta el lunes». «El parque canino es un descampado con unas condiciones higiénicas lamentables».

Por eso incidió en que «el problema no consiste en hacerle un gueto a los animales, sino en una reubicación digna por parte del Ayuntamiento». En este sentido, los vecinos proponen el cercano parque del Agua y, sobre todo, el de San Miguel. «Que se reserve una zona en la que los animales puedan estar con sus dueños», dijo Daniel Pérez, quien no ve posible llegar a un acuerdo y reducir el horario de apertura del parque canino de Olletas. A este respecto, recordó que un estudio de Medio Ambiente sobre este tipo de instalaciones señala que en numerosos parques caninos urbanos de Europa el horario de apertura es de solo «una o dos horas al día».

Los vecinos no quieren más ladridos y creen que el Ayuntamiento debe enmendar el error de haber elegido un mal sitio.

El pasado martes, La Opinión recogió el punto de vista de los usuarios del parque, que no desean que se mueva de Olletas.

«Nos sentaremos las dos partes para llegar a un acuerdo»

El concejal de Medio Ambiente, Raúl Jiménez, explicó ayer a este diario que después de haber hablado con una representación de vecinos afectados por el parque canino a mediados de mes, el próximo viernes 3 de octubre se reunirá con los usuarios del parque para conocer sus posturas. «Escucharemos a unos y otros, nos sentaremos las dos partes y trataremos de llegar a un acuerdo». En relación con la propuesta de trasladar el parque por las molestias que causa, dijo que «tenemos que ser realistas, primero por los tiempos, porque no es lo mismo modificar lo que ya tenemos que intentar buscar otra ubicación, los fondos necesarios y trasladar el parque». El concejal admitió que, si no se llegara a un acuerdo, el traslado del parque canino sería una opción, «pero habrá que agotar todas las posibilidades porque se haría mucho más tarde y el coste lo pagamos entre todos».