­Bajada del IBI, cuotas congeladas y creación de otras bonificaciones tributarias. El Ayuntamiento de Málaga dará el todo por el todo el próximo año 2015, cuando tendrá lugar una nueva cita con las urnas, y rebajará uno de los impuestos que más ha subido en los últimos años y que más aporta a la tesorería municipal. El alcalde, Francisco de la Torre, anunció ayer una rebaja del Impuesto de Bienes Inmuebles y el mantenimiento de las cuotas durante los próximos cuatro ejercicios para compensar, según informó, los efectos de la crisis en los bolsillos de los malagueños. Lo podrá hacer gracias a una reducción del 22% de los valores catastrales de los inmuebles y que establece el Ministerio de Hacienda. Málaga ha solicitado la aplicación de esta rebaja, que repercutirá directamente en la cuota anual a la que tendrán que enfrentarse las familias a partir del próximo año.

Según explicó De la Torre, la aplicación del coeficiente de actualización de los valores catastrales en 2015, del 0,78 para todos los municipios que como Málaga, tuvieron la última revisión en 2009 y lo han solicitado, favorecerá un ahorro para las economías domésticas y empresariales de más de 90 millones de euros en el IBI y más de 25 millones en las plusvalías hasta 2018, cuando concluirá el plazo de ajuste de esta actualización de los valores de los edificios.

Efectivamente, la última revisión coincidió con «un escenario económico nada favorable», según explicó ayer De la Torre. Esta revisión preveía subidas parciales del 10% del valor de las viviendas durante la década siguiente. Para compensar lo que estas subidas podrían haber supuesto en el pago del IBI, el Ayuntamiento aplicó bonificaciones potestativas durante los años 2009, 2010, 2011 y 2012 (éste último de gracia). También llevó a cabo reducciones de los tipos en los dos años siguientes, para evitar la subida de los recibos «o al menos tan sólo el IPC», matizó el regidor, aunque finalmente las cuotas subieron para seis de cada diez viviendas, en lo que vino a denominarse como el catastrazo.

Hay que tener en cuenta que en los últimos años, y a pesar de los esfuerzos municipales que De la Torre quiso recordar ayer, el recibo del IBI no ha dejado de subir. Este mismo año, un 2,2% en las viviendas y un 3,5% para la hostelería y el comercio. La rebaja aprobada ayer en la Junta de Gobierno Local no parece suficiente. Porque, según las primeras simulaciones, los inmuebles de uso residencial (244.162 en la capital, los más numerosos de largo) verán reducidas sus cuotas sólo un 0,73% de media, lo que significará un ahorro de 2,31 euros por vivienda. Por el contrario, los locales comerciales se beneficiarán de un descuento del 7,74% (45,96 euros de media) y los de ocio y hostelería del 6,01% (458,33 euros menos de media). La cuota media del IBI urbano se verá reducida en 7,20 euros.

Esta «línea de moderación», según el alcalde, aplicada desde 2009 y hasta 2018 (cuando se produzca una nueva revisión de los valores catastrales de los edificios) hará que los malagueños mantengan en sus bolsillos más de 300 millones de euros.

El alcalde de Málaga también explicó que, además del IBI, esta reducción de los valores catastrales repercutirá, de forma favorable a los intereses de los contribuyentes, en otros impuestos autonómicos, como el de sucesiones, donaciones o de transmisiones patrimoniales. Incluso en tributos estatales, como el IRPF.

«Lo que buscamos es que la tendencia al alza se frene y alcanzar una línea horizontal durante los próximos cuatro años», añadió De la Torre en rueda de prensa, en la que estuvo acompañado por la concejala de Hacienda, María del Mar Martín Rojo y el gerente de Gestrisam, Juan Manuel Ruiz Galdón.

Con esta medida, Málaga pasa a ser la ciudad española (de las seis más grandes), andaluza y de la Costa del Sol con la tributación más barata, «teniendo en cuenta que el IBI incluye la tasa de recogida de basuras», añadió el regidor. La cuota media por inmueble se situaría en 290,54 euros durante los próximos cuatro años.

El Ayuntamiento ha podido acogerse a esta rebaja catastral gracias a la buena gestión de sus recursos, ya que, como resaltó De la Torre, se mantiene al día con los proveedores. «Somos un ejemplo», dijo. «Esto nos libra de la obligación de tener que subir el IBI para tener liquidez y capacidad para pagar», agregó, al no haber tenido que solicitar financiación del Estado para resolver estos pagos.

Por otro lado, el Ayuntamiento mantendrá los beneficios fiscales potestativos a familias numerosas o discapacitados.