­­Antes todo era muy fácil. Quien quería irse de vacaciones se pasaba por su agencia de viajes de confianza. Los expertos asesoraban. Por ahí pasaba el acceso a toda la información. Subirse a un avión era un acontecimiento y se afrontaba trajeado y con corbata. Hoy se hace en chándal y con el billete recién comprado del día anterior. Internet ha irrumpido con fuerza en el mercado de las agencias. El viaje soñado se planifica desde el sofá de casa. Sergio García ha pasado de ser despachador de billetes a tener su propia plataforma online. Conoce el mercado del turismo en la Costa del Sol como pocos. «La crisis en el sector ha tocado fondo», sostiene. Además, avanza que las agencias que no dan el salto a internet no podrán subsistir.

Si se cumplen las previsiones para estos meses de otoño, Andalucía cerrará 2014 como un nuevo año histórico para el turismo en la región. ¿Se ha acabado definitivamente la crisis para la industria?

Yo creo que sí. No porque lo estén diciendo desde todas las instituciones políticas. Es una tendencia que llevamos apreciando en los últimos dos años en nuestros propios negocios. Yo estoy en contacto constante con el resto de los asociados y todos notamos una mejoría. El turismo supone el 12% del Producto Interior Bruto del país. Somos el sector que está tirando ahora mismo de España. En Andalucía llevamos dos años muy buenos, con los últimos meses en los que la actividad ha despegado y está mostrando su verdadero potencial.

España cuenta con numerosos destinos turísticos. ¿Qué puede ofrecer Andalucía, y Málaga en concreto, por encima de otras regiones para atraer a los viajeros?

Esta pregunta se puede resumir de manera muy simple. Andalucía lo tiene todo. Suena manido pero es así. Málaga tiene una posición geográfica privilegiada y con el aeropuerto y el AVE dispone de las infraestructuras adecuadas. Los clientes que están en la Costa del Sol pueden visitar l capitales como Granada, Córdoba y Sevilla en una sola jornada. Luego tenemos turismo rural, un patrimonio histórico en Málaga capital bestial. Por no hablar del clima. Ningún destino en Europa puede ofrecer tantos días de sol. Luego le garantizamos seguridad al viajero. Con las condiciones que ofrece Málaga, muy mal se tendrían que hacer las cosas para que el turismo falle.

Muchos destinos están claramente identificados con un determinado tipo de turismo. ¿Cómo se sitúa la Costa del Sol en la percepción que se tiene de ella como destino?

La Costa del Sol tiene una variedad en su oferta lo suficientemente amplia para satisfacer toda clase de demandas. El mercado del turismo es muy cambiante. El reto está en saber adaptarse a cada situación. El turista medio mira cada vez más por su bolsillo. La prueba está en los numerosos espectáculos que ofrecían antes los hoteles y que ahora han desaparecido. Los hoteleros tienen que intentar captar al turista y hacer que gaste en el hotel más allá de las ofertas que existen fuera. Porque repito, en la Costa del Sol hay para todos los gustos. Hay oferta cultural en Málaga capital. Los más jóvenes tienen discotecas en Puerto Banús y Puerto Marina. Hay ambiente de copas para las personas mayores que no renuncian a salir de noche.

Los touroperadores de los principales países emisores que mandan turistas a Andalucía sostienen que el futuro pasa inevitablemente por mantener un determinado nivel de calidad. ¿Está la Costa del Sol preparada para este reto?

Indudablemente, el futuro pasa por ofrecer un turismo de calidad. Es el único que se puede mantener a largo plazo. ¿Estamos preparados? Es muy difícil contestar a eso. Cuando se abrió la segunda pista de aterrizaje en el aeropuerto de Málaga, todo el mundo lo celebró. Cuando Ryanair superó a Iberia en pasajeros en el aeropuerto de Málaga, este hecho se volvió a celebrar. La pregunta es, ¿qué tipo de turismo traen estas compañías low cost? A los malagueños nos viene muy bien porque podemos viajar a infinidad de destinos. ¿Pero es lo mejor para mantener un turismo de calidad? Yo entiendo que tiene que haber de todo, pero no nos equivoquemos. El low cost va a traer un turismo de menos calidad. En Marbella vemos como se mantiene una buena oferta de calidad porque sigue manteniéndose cara. ¿En Fuengirola cuántos hoteles de cinco estrellas hay? ¿Y en Torremolinos? Hay que intentar mantener el equilibrio para no perder esa calidad. Y cuidar sobre todo a los cruceros. Los cruceristas generan muchos ingresos.

La irrupción de los pisos privados que se alquilan para fines turísticos ha revolucionado el concepto de la estancia tradicional. ¿Estamos ante un punto de inflexión para el sector?

Totalmente. Estas nuevas alternativas a la estancia tradicional influyen en el mercado. Lo que urge mucho es que las instituciones empiecen a regular esto como se ha hecho por ejemplo en Cataluña. Los hoteleros es una cosa que ya tienen asumida. Es una realidad que está ahí. Este tipo de turismo también gasta y no hay que renunciar a él. ¿O es que el turismo residencial no sale a cenar por las noches?. Lo que hay que hacer es regularlo. El que quiera alquilar su piso, pues tendrá que pagar una serie de impuestos y pasar unas inspecciones como los demás.

Para los turistas es una alternativa económica a la estancia tradicional. ¿Entiende las quejas de los hoteleros?

Las entiendo perfectamente porque se está creando una clara situación de competencia desleal. Pero la Junta de Andalucía debe de regular este asunto lo antes posible. Incluir una estancia mínima como exigieron los hoteleros. No puede ser que un piso privado se convierta en una especie de aparthotel sin que pague los respectivos impuestos.

A pesar de presentar cifras muy positivas en los meses de verano, con la llegada del otoño la demanda parece decaer. ¿Sigue siendo la estacionalidad el gran problema del turismo en Andalucía?

Sin duda. Venimos de unos años atrás, en los que el turismo prácticamente desaparecía en los meses de otoño e invierno. Parece que vamos a mejorar en este 2014. Las expectativas para este invierno son buenas. Cuando hablo con los hoteleros me dicen que tienen unos niveles de reservas bastante interesantes. Es muy importante que se tomen medidas para luchar contra la estacionalidad. La reducción del 50% de los impuestos para los hoteles que no cierran en invierno por parte de la Diputación parece ir en el camino adecuado.

Es evidente que el turismo de sol y playa está ligado a determinadas estaciones del año. ¿Qué medidas puede tomar el sector para poder estirar la temporada turística y huir de la estacionalidad?

Lo peor para un destino turístico es que esté lleno de hoteles cerrados. Un turista cuando ve muchos hoteles desiertos no vuelve más y se busca un nuevo destino. Da una imagen muy negativa. Pero hablar de medidas innovadoras para luchar contra un problema que está tan ligado al turismo, como lo es la estacionalidad, es muy difícil. En realidad ya está todo inventado. Crear ofertas culturales alternativas al turismo tradicional de sol y playa quizá. Pero es que eso ya se está haciendo. Insisto, es muy complicado porque las vacaciones son las vacaciones y éstas se acaban. Diciembre, enero, febrero...son meses en los que dependemos mucho del tiempo. Si llueve la gente se queda en casa. Hoy día se toman las decisiones de un día para otro. Eso dificulta mucho la planificación.

Los puestos de trabajos ligados al turismo siempre se relacionan con empleos temporales. ¿Por qué la fuerza del sector no logra traducirse en la creación de empleo estable y de calidad?

Es verdad que a pesar de las buenas cifras no se contrata. Por lo menos no de manera indefinida. Hasta que no se cambie el marco laboral tan estricto, esto va a seguir igual. Esto ya es cosa de política. En Europa la media que se paga por año trabajado en caso de despido son 18 días. Aquí nos quejamos. ¿Pero no queremos seguir la línea de Europa? Yo, con más facilidades, contrataría. Pero no solo por tres meses. Si lo hago, sería de manera indefinida. O trabajas o no trabajas. Ahora contratas a alguien por seis meses. Después, o lo haces fijo o lo echas. Al final acaban en la calle y eso no puede ser el futuro. Al empresario hay que facilitarle la contratación. En España es todo muy rígido. Pasa en todos los sectores y viene de lejos, de tiempos predemocráticos. Este gobierno no se atreve a impulsar los cambios necesarios por miedo a perder votos.

Con la irrupción de la crisis, asistimos a la caída en barrena del mercado nacional. En la Costa del Sol parece remontar. ¿Confirma esta tendencia?

Fue una caída sin precedentes. Todo el sector turístico estaba muy asustado porque no sabíamos hasta dónde íbamos a llegar. Por suerte, el mercado nacional se ha sumado a la recuperación. Tradicionalmente es el que te salvaba los veranos. Este año ha vuelto con fuerza. Lo que pasa, es que es un mercado de última hora, y nunca sabemos muy bien cómo va a responder.

¿El turista español sigue instalado en las ofertas de los viajes low cost?

No somos diferentes al resto de Europa. Este tipo de turismo ha popularizado el hecho de viajar. Se paga hoy lo mismo por un viaje de Málaga a Londres que se pagaba hace 25 años. Con lo que eso significa. Antes se viajaba en turista, en bussiness o en primera clase. Hoy reina el bajo coste.

Desde fuera da la impresión que la promoción turística está muy fragmentada y que cada uno hace la guerra por su cuenta. ¿Es importante que las diferentes instituciones muestren más coordinación?

En este aspecto queda mucho por mejorar todavía. El diálogo entre nuestro sector y las diferentes instituciones suele ser fluido, sí, pero ellos nos piden unión a nosotros. Así que tienen que predicar con ejemplo. La coordinación entre las diferentes instituciones resulta fundamental. Hay que buscar una plataforma única porque la unión hace la fuerza.

«Gestionado de forma correcta, internet puede ser un aliado»

La crisis y la irrupción de internet dejaron por el camino a varias agencias de viajes. Aunque no lo pareciera, las nuevas tecnologías fueron una herramienta muy útil, también para las agencias tradicionales, y sirvió como criba para un sector inflado.

¿En qué medida ha afectado al sector la proliferación de sistemas de autogestión de los viajes como los que florecen en el ciberespacio?

Afecta sobre todo a la venta de billetes de avión y a la reserva de hoteles. Llevo 35 años trabajando en agencias de viajes. Si antes el porcentaje de billetes vendidos por agencias estaba en un 85%, con internet, el porcentaje se mantiene en un 80%. ¿Qué pasa? Que las agencias de viajes se han reconvertido en empresas mixtas. Hay que tener esta dualidad para sobrevivir. Yo se lo digo a mis asociados. Si quieren subsistir tienen que tener una plataforma de venta online y otra física. El problema de las agencias es la visibilidad. Hacerse ver en Google está ligado a unos altos costes. El posicionamiento resulta fundamental.

¿Existe una manera de que puedan convivir la intermediación tradicional y las nuevas tecnologías?

Sí existe. Lo que pasa que esta convivencia pasa por una reconversión del sector tradicional de las agencias de viaje. No somos despachadores de billetes, somos asesores de viajes. Si tenemos presencia en internet y presencia física, el usuario tiene la garantía de que si hay algún problema se puede llegar a la agencia y se le soluciona este problema. Gestionado de forma correcta, internet puede jugar a nuestro favor.

Las agencias que han sobrevivido, ¿han tenido que pasar forzosamente por esta reconversión?

Totalmente. Las agencias que no han cerrado son las que vieron que era inevitable subirse al carro de internet. El problema fue que al principio todo el desarrollo para la red era carísimo. No bastaba con hacer una simple página web. Había que crear una plataforma online y eso requería disponer de una serie de avances tecnológicos muy costosos. Yo recomiendo a mis asociados que lleguen a convenios con otras agencias para poder compartir gastos.

Los empresarios del golf lamentan la ausencia de productos combinados. ¿La solución está en la creación de paquetes por parte de las agencias?

Sin duda. Las agencias de viajes creemos que la promoción del golf en la Costa del Sol pasa por ahí. Las posibilidades no están explotadas. Pero las instituciones nos siguen poniendo pegas.

@Matías_ slb