El anteproyecto de reforma fiscal presentado por el Gobierno ha provocado la incertidumbre de las personas que están pensando en vender su casa y que ahora mismo no tienen muy claro si deben apresurarse a cerrar la operación antes del 31 de diciembre para evitar tener que pagar a Hacienda varios miles de euros más por la operación. En realidad, la reforma -que estos días se discute en el Senado, donde permanecerá hasta el próximo día 30 antes antes de volver al Congreso para su rúbrica final- es bastante compleja. Sí hay un colectivo que parece ser el más damnificado tal y como está ahora mismo planteado el texto: aquellas personas que compraron antes de 1995 y que, de vender a partir del 1 de enero de 2015, perderían los llamados coeficientes de abatimiento, que permiten reducir las ganancias fiscales acumuladas hasta 2006 en un 11,11% anual.

A este efecto se le suma otro aplicable a todos los vendedores, con independencia de cuándo adquirieron su casa: la eliminación a final de año de los denominados coeficientes monetarios sobre el precio de compra, que hasta ahora permiten actualizar al alza ese valor para reducir las ganancias -o plusvalía- por las que se deben pagar impuestos en caso de venta.

Según cálculos de la agrupación de inmobiliarias MLS de Málaga y de portales como Idealista.com, los incrementos de fiscalidad en la venta de inmuebles comprados al menos 20 años antes tendrán que tributar, en los casos más habituales, hasta un 55% más a partir del 1 de enero de 2015. Sin embargo, a veces la cuota a pagar se puede multiplicar por tres o por cuatro, según algunos ejemplos que maneja el Registro de Economistas-Asesores Fiscales (Reaf).

De momento, los planes del Gobierno no se han traducido en un mayor afluencia de personas a los despachos de los expertos, según explican el presidente del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Málaga, Cayetano Rengel, y el presidente de la agrupación de inmobiliarias MLS, Germán Pascual.

«El tema está muy reciente y todavía no se sabe si el Gobierno aceptará algunas enmiendas de otros grupos políticos y modificará las disposiciones. Peros seguramente todo esto habrá provocado cierta alarma entre lo que estén pensado en vender su casa», apunta Rengel, que no descarta un efecto llamada si finalmente el texto se queda así. «En ese caso seguramente habría personas que preferirán acelerar la venta de su casa aunque fuera con una rebaja de entre el 5% y el 10%. Será cuestión de calcular en cada caso si les sale más rentable vender antes del día 31 diciembre o hacerlo ya en 2015 con la nueva fiscalidad», explica.

Por su parte, Pascual, afirma que el vendedor particular está «en la incertidumbre» de saber cómo quedará finalmente la reforma. «De momento mantenemos un ritmo normal de clientes aunque sí es verdad que los que ya tenían la casa a la venta desde hace meses tienen ahora más prisa. Vienen a preguntar porque saben que de quedar así la ley les tocaría pagar más a Hacienda», apunta.

Pascual, responsable en Málaga de la inmobiliaria Remax, cree que los planes del Gobierno son «bastante injustos» ya que el 80% de los propietarios de vivienda en España «la tienen para vivir en ellas y no para especular», especialmente si son personas que compraron el piso e los años 70, 80 o inicios de los 90. Por ello, no cree que esta tema vaya a provocar una especial «avalancha» de clientes interesados en vender.

«Puede que veamos un repunte de ventas del 5% de aquí a final de año, pero no más», calcula.

Perjudicial para casi todos

El secretario general del sindicato de técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), José María Mollinedo, afirma que -de no aceptar el Ejecutivo algunas enmiendas para modificar el anteproyecto- los cambios serán perjudiciales para casi todas las personas que quieran vender su vivienda a partir del próximo año. Gestha opina que esta retirada trae implícito el reconocimiento por parte de Hacienda de que es incapaz de controlar el fraude de las casas escrituradas por un valor inferior al de la venta para evitar pagar más por la plusvalía, «lo que hace pagar a justos por pecadores.

Lo cierto es que la reforma también plantea una rebaja los tipos impositivos que se aplicarán sobre las ganancias, cuyos tramos pasan de tributar un máximo del 27% actual a otro del 23% o de un mínimo del 21% a otro del 19%.

«Pero estos descensos para nada compensan la supresión de los coeficientes de abatimiento y monetarios. Tendríamos que irnos a un caso casi de laboratorio para encontrarnos el caso de una persona que vender su vivienda y le resultas más rentable hacerlo a partir de 2015», asegura.

Gestha recuerda que en España hay 31,7 millones de propietarios de fincas, de los que algo más de un millón se encuentra en la provincia de Málaga. Todos ellos serían potenciales afectados de este incremento en caso de querer vender su casa o cualquier otra propiedad (garaje, local, trastero, etc) si el Ejecutivo no cambia sus planteamientos. En la reforma presentada, sólo se salvan del incremento las personas mayores de 65 años que venden su vivienda habitual o lo que utilicen la plusvalía para reinvertir en la compra de otra casa para vivir, según apuntan en Gestha.

Mollinedo defiende en general el mantenimiento del sistema de coeficientes, aunque sea de forma simplificada. En concreto, el de abatimiento ha servido durante estos años para corregir en parte el efecto pernicioso de la venta especulativa de vivienda.

«Apuestan la estabilidad en la tenencia de la vivienda, de forma que cuanto más tiempo tengas la casa menos impuestos pagabas por la plusvalía. De esta forma, premian fiscalmente a quienes no han participado de la especulación inmobiliaria».

En cuanto al de actualización monetaria -cuyo índice se establece año a año- han servido para corregir durante años el efecto de la inflación sobre el valor de los inmuebles. Todo eso puede acabarse el 31 de diciembre.