Siempre se habla de la enormidad de trabajo que soportan los jueces. Los kilos de expedientes que aguardan, polvorientos, en las estanterías mientras a los tribunales no dejan de entrar personajes esposados, muchos de ellos con sueldos pagados con nuestros impuestos.

Pero eso no es nada comparado con la carga inhumana de trabajo que el exconsejero de Cultura de la Junta, Paulino Plata, parece echarse a la espalda cada mañana desde que está al frente de la Autoridad Portuaria.

Es la única explicación racional que puede deducirse de los casi 15 meses que lleva aguardando la Asociación por la Defensa de las Chimeneas y el Patrimonio Industrial de Málaga para reunirse con nuestro esforzado cargo público. Este colectivo lleva desde el 6 de agosto de 2013 pidiéndole una cita. Casi 15 meses después todavía no se ha producido el milagro.

Entre medias, el colectivo que reivindica la Málaga industrial ha tratado de acelerar el encuentro hablando con parlamentarios andaluces, con cargos del PSOE... hasta el momento todo ha sido en vano. Ni en las minas de sal en la Edad Media se ha visto tanta carga de trabajo para una sola persona.

Es la única explicación posible. No busquen otra. No puede ser que un exconsejero de Cultura demuestre la misma sensibilidad cultural que una maceta. Destierren esa absurda idea de la cabeza y achaquen tantos meses de espera para una reunión a una jornada laboral que, metafóricamente, es casi como levantar de nuevo el puerto de Málaga piedra a piedra.

Como muchos sabrán, la asociación ha presentado una batería de medidas a las instituciones de Málaga ya que en 2015 se celebra el año del Patrimonio Industrial. Entre las propuestas que todavía no han podido presentar a Paulino Plata, destacan la de que en el edificio acristalado junto al Paseo de la Farola se instalen piezas industriales, incluida la maquinaria del silo, así como que se preserve un viejo depósito de agua junto a la antigua sede del Aula del Mar. Claro que esa es también la zona de supuesto desarrollo inmobiliario del puerto, pero estamos seguros de que la sensibilidad cultural del exconsejero será compatible con el ladrillo.

Con menos carga de trabajo encima, el Ayuntamiento de Málaga sí ha recogido en una moción institucional algunas de las propuestas de la asociación con vistas a 2015, entre ellas la creación de una ruta histórica industrial por la ciudad y la reubicación de la antigua marquesina de la estación de tren en ese entorno ferroviario.

Lo que ya no está claro es si la Autoridad Portuaria tendrá margen para hacer algo con vistas al año que viene. También puede seguir prorrogando la reunión durante todo 2015 en una suerte de pequeño homenaje, a la inversa, a la Málaga industrial.

Por todo ello, urge a la administración central aligerar cuanto antes el atasco de compromisos y citas que muy pronto alcanzará niveles míticos de congestión administrativa a la orillita del mar.