Veinte años se cumplirán el año que viene de la construcción de la barriada de La Corta. Los vecinos que vivían en las chabolas de la Huerta del Correo, hoy Finca Cabello, fueron trasladados a este rincón de Málaga, junto a Granja Suárez y Carlinda, como medida temporal. Se trata por tanto de una barriada de transición, construida por la Junta y gestionada por el Ayuntamiento, que tiene todos los visos de durar toda la vida.

El grupo municipal de Izquierda Unida ha dado la voz de alarma por lo que considera el pésimo estado de la barriada a causa del desinterés municipal. Por este motivo, el próximo lunes presentará una moción sobre La Corta en la comisión de Derechos Sociales. «No hablamos de dejación de funciones sino más bien de abandono por parte del Ayuntamiento. Ha habido iniciativas cooperativas por parte de los vecinos que vienen a paliar algunas cuestiones», contaba ayer el portavoz del grupo municipal de IU Eduardo Zorrilla, que visitó La Corta.

Entre esas acciones cooperativas, la moción, que será presentada por la concejala Toni Morillas, recuerda el adecentamiento por los vecinos de descampados «abandonados y sucios», pero también turnos para baldear las calles, arreglo de arquetas rotas en la vía pública y colocación de luces en las farolas «que llevaban fundidas años». Junto a Eduardo Zorrilla se encuentra Francisco Guzmán, representante de IU en el distrito, que destaca cómo desde los inicios de La Corta, que hoy alberga a unas 1.500 personas, «hubo muchas promesas por parte del gobierno del PSOE, el PP y el Ayuntamiento de que se iba a dotar a la zona de mejores recursos y servicios». Mientras habla, pasa junto a un tapa de registro rota. Por el hueco asoma un cable de media tensión.

Francisco Guzmán destaca además el problema social de los jóvenes de La Corta, que representan «entre el 80 y el 85% de absentismo escolar de todo el distrito» y tampoco se olvida de los problemas de violencia: robos en los alrededores y puntos de droga como el desmantelado hace cerca de un mes.

Para Eduardo Zorrilla, «es necesario una actuación coordinada desde muchos ámbitos: los servicios sociales y otras áreas del Ayuntamiento como seguridad, limpieza, urbanismo y vivienda». Con respecto a las viviendas, señala el aspecto inestable que presentan muchas de las terrazas de las casas. Al lado del concejal está Manuel Antonio Rodríguez, de 67 años, vecino del barrio, que lamenta cómo, tras una vida de trabajo y con 10 hijos, le quedan 360 euros de pensión, «y mis hijos están sin trabajo».

Ante este panorama, la moción de Izquierda Unida propone en primer lugar instar al equipo de gobierno a «reforzar los Servicios Sociales y tomar medidas para llevar a cabo un plan de acción social integral, con acciones en materia de limpieza, conservación y seguridad» que hagan posible «la plena integración» de los vecinos de La Corta.

Como segundo y último punto, el grupo municipal reclama un plan que atienda a los jóvenes de la barriada, «sobre todo en materia de absentismo escolar, formación y empleo». El objetivo, que La Corta abandone el peligroso limbo de los barrios de tercera.