­Cada vez son más los jóvenes andaluces que comprenden lo importante que es acabar su formación escolar para tener un futuro de ciertas garantías laborales. A pesar incluso de la crisis económica, o precisamente por eso, la tasa de abandono prematuro continúa bajando, según las cifras que aporta la Delegación Territorial de Educación en Málaga. Esta tasa alcanza en la actualidad al 28,7% de la población en edad escolar, es decir, que en la última década se ha logrado reducir un 8,3%, un promedio superior al conseguido en el resto de España.

Se entiende por abandono educativo temprano a la población de 18 a 24 años que no ha completado la segunda etapa de la ESO y no ha seguido ningún tipo de estudio o formación. Y en Andalucía es más numeroso entre los hombres que entre las mujeres, una región que partía con clara desventaja sobre el resto y con unos índices de analfabetismo muy elevados. Un lastre que, en realidad, arrastra hasta nuestros días.

Pueden parecer aún cifras altas, pero sin duda que es meritorio que en los últimos años, teniendo en cuenta que los éxitos en educación suelen ser lentos, la tasa de fracaso escolar en la comunidad autónoma se haya reducido en casi ocho puntos. Las medidas puestas en marcha por la Consejería de Educación están dando sus frutos, de ahí su empeño en mantener los planes de refuerzo académico y acompañamiento escolar en solitario y sin la cofinanciación del Gobierno central, que las ha eliminado.

En Andalucía, la lucha se articula en torno al Programa de Refuerzo, Orientación y Apoyo en los centros docentes públicos: PROA Andalucía, financiado en su totalidad por la Junta de Andalucía, que atribuye estos buenos resultados a las clases de apoyo por las tardes, que son voluntarias. Algo más de 12.000 alumnos de la provincia con dificultades en el aprendizaje asisten este curso a sus centros para resolver dudas, logrando así mejorar su rendimiento académico.

Además, estos programas tienen por objeto garantizar la igualdad de oportunidades; incrementar el éxito escolar del alumnado; prevenir el absentismo y el abandono escolar temprano; promover la adecuación de las respuestas educativas al alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo por precisar acciones de carácter compensatorio (entre el que se incluye al alumnado con necesidades asociadas a motivos de salud), así como en aquel alumnado que presenta dichas necesidades por incorporación tardía al sistema educativo.

El Ministerio asegura que en el conjunto de España el abandono prematuro también se ha reducido hasta el 22,3%. Sin embargo, esta tasa sigue siendo casi el doble de la media de los países de la UE. Por este motivo, el Gobierno se pone como meta bajar hasta el 15% en el año 2020, explicó el ministro José Ignacio Wert.