Las medidas para crear un mundo más verde dan un paso más hacia delante y Endesa lanza un proyecto para obtener una ciudad más sostenible, una iniciativa bajo el título Iniciativa ciudad y energía en el que trabaja la Universidad de Málaga (UMA) y convierte como ciudad piloto y epicentro de esta nueva andadura a Málaga.

Al mando de este proyecto se encuentra Mariano Sidrach, un catedrático de la Escuela Politécnica Superior que coordina a doce personas de áreas tan pintorescas como turismo, geografía, telecomunicaciones o arquitectura. También colabora con ellos la agencia municipal de energía. Tal y como detalla Sidrach la idea es crear un índice para medir la sostenibilidad de la ciudad. El reto está en conjugar todas las variables posibles y crear parámetros que después puedan ser aplicados a otras ciudades. Otra de las características que debe tener este índice es que sea fácilmente actualizable y extrapolable para comparar entre unas ciudades y otras.

Reducir las emisiones de la ciudad, disminuir los combustibles fósiles, potenciar el consumo de energías renovables, aumentar las zonas verdes y las medidas que miren por el medio ambiente, como fomentar el uso de bicicletas, son algunas de las características que integrarán este «termómetro». Lograr que los ciudadanos sustituyan el vehículo propio por el transporte público o coches eléctricos es otro de los retos. Y es que el futuro se concibe con instalaciones de autoconsumo o puntos de carga con energía eléctrica. Otro de los aspectos que deberá trabajar este equipo es ver cómo se puede reducir el consumo energético en los edificios públicos. Una asignatura pendiente hasta el momento.

El clima de la ciudad también se convierte en una variable importante. Málaga y otras ciudades similares cuentan con una fuente de energía a explotar al máximo: el sol. El uso de la calefacción es puntual, frente a otros lugares con un clima más nórdico. El proyecto deberá contemplar este tipo de cuestiones para que sea utilizado en ciudades con una climatología diferente con uso acentuado de calefacción y escaso sol. Todo ello deberá estar reflejado de manera científica. Un estudio que exalta las virtudes y carencias a trabajar.

A grosso modo, estos serán los aspectos generales a tener en cuenta, pero, según Sidrach, aún es pronto para saber cuáles son los parámetros a seguir, y es que el proyecto aún no ha comenzado pero el equipo ya está creado y ha puesto la maquinaria a trabajar. El primer paso es comprobar si existen estudios de este tipo a nivel europeo o mundial.

El plazo de entrega de esta primera fase del proyecto es de un año y Málaga será la ciudad piloto. La primera en conocer si aprueba el sistema creado o en qué nivel se encuentra. El plazo para conocer cuándo tendrá luz verde la UMA para emplearse más a fondo en su labor depende de la eléctrica, que última las negociaciones para que la Universidad de Barcelona se una al proyecto. Ambas instituciones educativas trabajarían codo con codo y se espera que «Ciudad y Energía» comience aún en 2014. Un futuro modelo de sociedad que requiere también la implicación ciudadana.