Ampliar el número de sillas en 5.000 para el año 2016, eliminar la Alameda durante las obras del metro, cambiar la orientación de los cortejos procesionales, ordenar las estaciones en la Catedral y dar una nueva dimensión económica a la Semana Santa. Son objetivos que se plantea el Proyecto Centenario, que el sábado se dio a conocer públicamente en un acto organizado por Frente a la Tribuna en la casa hermandad del Huerto.

Desde el verano se estaban atisbando algunos detalles de esta propuesta, entregada a la Agrupación de Cofradías para abrir el debate del nuevo recorrido procesional. Sin embargo fue el sábado cuando se empezó a apreciar la dimensión real del Proyecto Centenario, desarrollado por un equipo formado por Francisco Cobos (economista), José Manuel Ruiz (arquitecto) y Aida Ferreras (informática).

El Proyecto Centenario aspira a mucho más que lo conocido hasta ahora, como es cambiar la orientación de las procesiones, como ya adelantó La Opinión de Málaga, entrando por la calle Especerías o Granada y bajando por la calle Larios. Esta sería sólo la primera fase, que terminaría en 2018 con la adaptación del recorrido procesional a las obras del metro bajo la Alameda.

Francisco Cobos relata que el Proyecto Centenario se ha pensado con dos fase principales. La primera sería hasta 2018, con un nuevo recorrido oficial que evite la Alameda y opte por la calle Larios y Molina Larios como principales ejes. De esta forma se evita la zona de obra por el metro y se aprovecha la amplitud del nuevo itinerario para recolocar las 6.000 sillas que hay en la Alameda y ganar espacio para otras 5.000 más, lo que redundaría en los ingresos de las cofradías.

Sin embargo, este proyecto plantea una segunda fase más ambiciosa, con las miras puestas en 2021, coincidiendo con el año del centenario de la Agrupación. Una vez terminadas las obras de plantearía recuperar la Alameda de nuevo, pero sin cambiar la nueva configuración, simplemente ampliando el itinerario por Martínez, Atarazanas, Ordóñez y Alameda, lo que añadiría otros 400 metros más y la posibilidad de duplicar las sillas. En este punto, Cobos matiza que no todo se llenaría de sillas, ya que Atarazanas debería permanecer libre por motivos de seguridad.

El interés de poner más sillas obedece a que así se podría hacer «más permeable a la demanda de todos los públicos y condición, ya que ahora las sillas son una propiedad privilegiada». Así, frente a las 22.000 sillas actuales se podrían ofertar más de 40.000, cifra para la que considera que hay demanda cuando acuden al Centro más de 150.000 personas al día para ver las procesiones.