La mayor iglesia de Málaga emerge entre los edificios cercanos, mucho más bajos, del barrio de Carranque. El templo de San José Obrero vigila la plaza Pío XII, que en estos momentos está repleta de estudiantes comiendo el bocadillo del recreo. Cuando se van, los cartones de zumo y los envoltorios de la merienda se unen al paisaje. Naranjos enfermizos, farolas sin uniformidad en sus formas y tamaños y setos mal podados.

La asociación Proyecto Carranque lleva dos años luchando por este barrio malagueño. Durante ese tiempo ha presentado al Ayuntamiento más de 100 quejas. Dos de esas instancias reclamaban una instalación de alumbrado navideño más extensa en su barriada. La primera, la presentaron en julio de 2013. Cinco meses antes de la Navidad. Solo consiguieron recibir una respuesta verbal. «Fuera de plazo» fue la réplica de la concejala del distrito de Cruz del Humilladero, Teresa Porras, distrito al que pertenece Carranque. «Este año tomamos mayores medidas». Y enviaron al Ayuntamiento la misma solicitud en abril. Ocho meses antes de esta Navidad. Tampoco recibieron respuesta. «La mayoría de las quejas que enviamos no son contestadas».

«Carranque es una zona protegida por el Plan General de Ordenación Urbanística y un barrio con unas peculiaridades históricas», explica el secretario de la asociación, José Antonio Díaz. La plaza Pío XII es el centro comercial y social de la zona. Un lugar vigilado por la iglesia de San José Obrero, rodeado por soportales donde abundan negocios y animado por los estudiantes del instituto Santa María de los Ángeles, colindante con el templo, y los residentes del albergue Inturjoven.

El alumbrado navideño se limita a una serie de bombillas, más parecidas a las luces domésticas que a las instalaciones callejeras, colgadas en dos árboles de la plaza. «Una plaza protegida, con un buen entorno y donde hay negocios se merece un alumbrado navideño a la altura para crear ambiente navideño y para animar al barrio y a los negocios».

«Dentro del distrito de Cruz del Humilladero se colocan varios detallitos en cada barrio», explica la concejala Teresa Porras en una conversación telefónica.

«Creemos que la plaza tiene las peculiaridades y la importancia suficiente como para merecer mejores instalaciones».

Además, el montaje eléctrico es peligroso. El alumbrado está conectado mediante un cable que recorre el exterior de la farola tan solo recubierto por un tubo de plástico y atado por cinta americana. «Una chapuza» situada a unos 80 centímetros de altura. «Cualquier niño puede pegarle un estirón al cable y quedarse electrocutado».

La asociación reclama que la barriada está olvidada. «Carranque también está en el mapa».