­El VIH es una realidad que, lejos de desaparecer, ha repuntado en pleno siglo XXI. En poco menos de dos años en la provincia de Málaga se han detectado148 casos de contagio. Las causas, según la Asociación Ciudadana Antisida de Málaga (Asima), son variadas: banalización, desinformación, falta de recursos y mala educación.

Coincidiendo con el Día Mundial de la Lucha contra el Sida, que se celebró ayer, la provincia de Málaga acogió varios actos para recordar la importancia de luchar contra esta enfermedad que vivió su apogeo en los 90. Y precisamente la lejanía en el tiempo ­-aunque muchos lo vean reciente- ha provocado que se le reste importancia. Las prácticas sexuales sin protección han motivado que las autoridades se preocupen.

La consejera de Igualdad, Salud y Políticas Sociales, María José Sánchez Rubio, que asistió ayer a la entrega de premios del XIX Concurso de Carteles y Soportes Alternativos para jóvenes, que tuvo lugar en la Escuela Superior de Arte Dramático de Málaga, reconoció que «se le ha perdido el miedo a la enfermedad y se ha relajado la protección en las relaciones sexuales». Desde la implantación en enero de 2013 de un nuevo registro, que permite realizar una vigilancia epidemiológica actualizada de las nuevas infecciones por VIH, se han registrado 509 casos de nuevos contagios en Andalucía, 350 de ellos diagnosticados el pasado año. De ellos, 148 fueron en Málaga. Sólo en 2013 se diagnosticaron 47 casos de sida, es decir, con la enfermedad. Las cifras preocupan, y mucho. En Málaga hay 4.000 pacientes con tratamiento retroviral que no han tirado la toalla. La mayoría vive con la enfermedad de manera crónica, pero aún hay quien no sabe que la padece. Y es que desde 1982 que comenzó a hacerse un registro de la casuística de contagios, se han dado sólo en la provincia 3.097 casos. En Andalucía, la cifra superó los 12.000. El 84,1% de los nuevos diagnósticos de VIH son hombres y la media de edad es de 35 años. Tanto en hombres como en mujeres, el porcentaje más elevado de casos se encuentra entre los 30 y 39 años y la transmisión sexual supone el 84,4%.

Así, Sánchez Rubio destacó la importancia del esfuerzo colectivo a nivel mundial para generar una mayor conciencia de lo que supone esta enfermedad, recordando que la Junta trabaja, desde el Plan Andaluz frente al VIH/Sida y otras Infecciones de Transmisión Sexual, con estrategias encaminadas a la prevención y al diagnóstico precoz, a la aplicación de los tratamientos más avanzados, desde el impulso a la investigación en este área y trabajando mano a mano con el movimiento asociativo.

Así, la consejera destacó que uno de los colectivos prioritarios en las estrategias de prevención es la juventud, que «ha bajado la guardia ante las enfermedades de transmisión sexual y considera el sida como enfermedad del pasado». También, señaló las parejas de hombres homosexuales, que se han convertido en el grupo más frecuente de nuevos diagnósticos por infección VIH, y los colectivos que puedan encontrarse en riesgo de exclusión, acercándoles los métodos anticonceptivos y los test de saliva y garantizándoles la accesibilidad a los servicios sanitarios y tratamientos.

En este sentido, la médico de familia de la Unidad de Promoción y Apoyo a la Salud del centro de salud de La Roca, Blanca Martínez, reconoció que no hay que tomarse los números a la ligera, pues tras cada caso hay un drama. Así, reconoció que falta concienciar a los jóvenes, que cuando mantienen relaciones sexuales se preocupan de poner barreras para evitar embarazos no deseados, pero no para evitar contagios de enfermedades de trasmisión sexual.

La médico de familia admite que desde que trabaja en el servicio ha percibido, de manera paulatina el aumento de la banalización y desinformación respecto al VIH. En este sentido, destacó que el año pasado casi un 50% de las personas que fueron diagnosticadas lo fueron de forma tardía. «No es lo mismo un diagnóstico precoz que uno tardío, que conlleva un empeoramiento y graves secuelas también a la sociedad», señaló la doctora, que recordó que hay que olvidar el estigma y encasillar a la persona con VIH, pues actualmente la tendencia es la de personas jóvenes, con apariencia sana y estudios universitarios.

De igual modo piensa la presidenta de Asima, Alicia Cueto, que reconoció que los dos últimos casos que han dado positivo en Málaga son de personas de 22 años. «La gente joven no sabe lo que es el sida, lo achacan a una epidemia de hace años», lamenta, al tiempo que apunta que el perfil hoy es el de una persona «normal». No obstante, reconoce que, al margen de los jóvenes, existe el grupo que ellos llaman «hombres que mantienen sexo con hombres», pero que no se enmarca en el grupo de homosexuales. «Tienen mujer, hijos, pero tienen una vida oculta. Esos son los que no se ponen protección, es una sexualidad mal entendida y de no asumir la realidad». No obstante, pidió más medios a las administraciones, a las que culpó en gran medida de esa banalización por falta de educación en VIH.