­Tras una caída continuada durante los últimos años, la natalidad da una discreta alegría a la provincia. Según las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes al primer semestre del año, el número de nacimientos ha aumentado un tímido 0,8% hasta junio de este año en Málaga, una subida que apunta a la posibilidad de que 2014 se cierre con mejores datos que el pasado año, cuando se registraron un total de 15.505 nacimientos, un 6,7% menos que en el ejercicio anterior. Estos dígitos están más cercanos a lo que se sumaba hace una década, justo cuando el boom económico y la llegada masiva de nuevos habitantes impulsaron la natalidad hasta los registros de los años 80.

Sin embargo, el pasado 2008, año en el que se alcanzó la cifra más alta de estas últimas décadas, con 19.015 niños nacidos en Málaga, comenzó la caída de la natalidad, un descenso que se ha mantenido en los últimos cinco años. La salida de inmigrantes, que durante un tiempo mantuvieron al alza la natalidad, y las propias consecuencias de la crisis económica, que no empujan a ampliar la familia, han influido en esta bajada, que contrasta con el aumento de la edad media de la población y del porcentaje de los malagueños que superan la edad de la jubilación. En el primer caso, la edad media de los habitantes de la provincia, que se sitúa en 40,6 años, dos más que hace una década. El envejecimiento se mantiene en crecimiento, con un 16% de mayores de 64 años, cinco puntos más que hace dos décadas.

En España, el número de nacimientos se incrementó en el primer semestre del año por primera vez desde 2010, con una subida del 1%, hasta los 209.482, conforme los datos del INE. Sin embargo, el crecimiento de la población sigue en caída.

Entre enero y junio las muertes también aumentaron, un 3,5%, hasta las 207.445, lo que hizo que el crecimiento vegetativo de la población, es decir, la diferencia entre nacimientos y defunciones, se redujese hasta 2.037 personas, una caída del 70,5% respecto a un año antes, cuando fue de 6.900 personas. Pese a ser positivo, el saldo vegetativo de la primera mitad de este año es el menor desde 2008, primer año del que el INE tiene datos por semestres, lo que refleja el continuo envejecimiento de la población.