¿Podría un tema musical «dormirse» con el insomne, distraer nuestra atención de un procedimiento médico doloroso o mejorar el rendimiento en una sesión de rehabilitación? ¿Qué tecnología podría crear un reproductor sensible al estado del oyente y adaptarlo? Estas son algunas de las preguntas que se plantearon hace cuatro años, al inicio de la investigación, y ya han obtenido su respuesta.

El ordenador recibe las mismas instrucciones que un músico y genera miles de temas. Compone y sintetiza sin ninguna intervención.

Otro de los objetivos era diseñar aplicaciones de salud para dispositivos móviles que ayuden la autogestión de múltiples trastornos y enfermedades.

Según detalla el investigador principal, Francisco Vico, la música se utiliza para reducir el estrés o la ansiedad, distraer de procesos médicos, facilitar el sueño, alejar a la persona del dolor crónico... Se crea la música a partir de las especificaciones terapéuticas y se reproducen con dispositivos móviles que tienen sensores. De este modo, la evolución de la música se ajusta a la del oyente.

La Terapia Musical Empática (eMT) permite adaptar la música a la evolución fisiológica del usuario y ya está lista para su uso la aplicación gratuita destinada a facilitar la conciliación del sueño infantil. El dispositivo móvil se coloca en el colchón y se retira cuando el menor ya se ha dormido.