Los empresarios y los economistas afirman que los bancos no están facilitando para nada la salida de la crisis económica al mantener todavía unas condiciones muy duras de acceso al crédito bancario, pese a que las previsiones apuntan ya a una mejora de la actividad. Las nuevas estadísticas del Banco de España ratifican desde luego esta impresión ya que el crédito a familias y empresas en Málaga ha vuelto a contraerse en más de 1.000 millones de euros durante el último trimestre. El volumen de préstamos al sector privado se sitúa, a septiembre de 2014, en 33.357 millones de euros, una cifra que está ya más de un 30% por debajo del nivel máximo de crédito alcanzado por el sector privado malagueño (fue en el año 2008, cuando se rozaron los 47.500 millones de euros). A pesar de que habías muchas esperanzas de que el 2014 trajera la reactivación del crédito, ésta todavía no se ha producido, ya que en los últimos doce meses los préstamos vivos en Málaga han caído en 3.300 millones. Eso indica que los créditos que se van amortizando o son cancelados no están siendo sustituidos en la misma proporción por nuevos préstamos a clientes.

La banca suele justificarse alegando que la tasa de morosidad sigue estando muy alta (casi el 13% ahora mismo) y que no hay una demanda lo suficientemente solvente para poder reabrir plenamente el grifo de los créditos. También recuerdan que España sigue enfrascada en estos momentos en un proceso de desapalancamiento (o desendeudamiento del sector privado) aconsejado por Europa. De hecho, la ratio créditos/depósitos revela que el sector privado malagueño adeuda a los bancos en préstamos un 60% más de lo ahorrado en depósitos (los citados 33.357 millones frente a 20.817). Es una ratio alta pero mejor que la de inicio de la crisis, cuando familias y empresas debían un 135% más de lo que tenían ahorrado.

Estas explicaciones de la banca, en cualquier caso, no convencen a los agentes económicos y empresariales. El Colegio de Economistas de Málaga ya ha dicho varias veces por boca de su decano, Juan Carlos Robles, que el tipo de interés exigido al sector privado sigue demasiado alto y que los bancos, además exigen a los prestatarios garantías en forma de propiedades o concurrencia de avalistas. Los tipos oscilan ahora mismo entre el 5,5% y el 7%, unos porcentajes que, desde luego, chocan con la actual coyuntura de mínimos decretada por el Banco Central Europeo (BCE), que los ha dejado en el suelo histórico del 0,05%. El Colegio de Economistas cree que la banca española debería moverse en un entorno de entre el 3,5% y el 4%, algo que no ocurre por falta de confianza del mundo financiero hacia las empresas. En Francia, por contra, los préstamos al sector privado se sitúan entre el 2% y el 3% de interés.

Por su parte, la Confederación de Empresarios de Málaga (CEM) opina que el crédito bancario sólo se está abriendo a medianas empresas con negocios relacionados con la exportación, principalmente del segmento agroalimentario. En cambio, sigue muy restringido para las pequeñas y medianas empresas o los autónomos. El coste de esta sequía crediticia ha sido enorme. La CEM calcula que dos de cada tres empresas de las más de 12.000 que han cerrado durante la crisis en Málaga cayeron como causa principal porque el sistema financiero les retiró la financiación, aún a pesar de contar con negocio suficiente para salir adelante.