Las carreteras malagueñas ya cuentan con su radar número veinte. Y no es fijo ni de tramo. El nuevo medidor que funciona desde el pasado viernes en las carreteras de la provincia trabaja desde el aire, una buena razón para que los conductores de acelerador fácil no miren el cuentakilómetros únicamente cuando se acercan a los radares previamente señalizados. El Pegasus no avisa y sale de paseo todos los días.

Este modelo, uno de los seis que actualmente están operativos en España a razón de 164.000 euros la unidad, ya es inseparable del helicóptero de la Jefatura de Tráfico de Málaga con el que la DGT gana en operatividad. «Hasta ahora, la nave permitía grabar infracciones y nos ayudaba a regular el tráfico en situaciones muy concretas, pero el nuevo radar capta en el momento los vehículos que sobrepasan la velocidad, incluso en tramos complicados», explica la jefa provincial de Málaga, Trinidad Hernández, quien detalla que el aparato participará en un plan provincial orientado a las motocicletas que alcanza zonas tan peculiares como Maro y la carretera entre Ronda y San Pedro de Alcántara.

Como su antecesor -el primero modelo se comenzó a utilizar en Madrid en 2013-, el nuevo Pegasus consta de dos cámaras. Una es panorámica y facilita el seguimiento y captación de la velocidad. La otra, de detalle, está dotada con un teleobjetivo que permite leer la matrícula del vehículo llegando incluso a poder detectar con extrema precisión velocidades de hasta 360 kilómetros por hora. Un láser capta al vehículo sospechoso y a continuación la máquina realiza tres medidas repetidas para cotejar que se está infringiendo el límite. De ahí, la imagen se envía al centro de denuncias automatizado de León y en última instancia a la casa del infractor.

Según la propia Dirección General de Tráfico, estos radares resultan absolutamente eficaces incluso desde una altura de vuelo del helicóptero de 1.000 pies, más de 300 metros, y hasta una distancia en línea recta con el vehículo controlado de un kilómetro. Como ya hiciera el primer modelo, este segundo también se utilizará para controlar la velocidad de los vehículos que circulan por las vías convencionales, una de las grandes prioridades de la administración para reducir la elevada siniestralidad en este tipo de vías pese a soportar un menor tráfico que las vías de alta capacidad.

Estos aparatos están verificados y homologados por el Centro Español de Metrología, organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo.